Los muertos vivientes

Los Dolomitas no perdonan. Ayer vivimos la etapa de los muertos vivientes. Cayeron estrepitosamente Dario Frigo, Cadel Evans, nuestro Aitor González y faltó poco para que Tyler Hamilton les acompañara. Estaba claro que no era una general real. Si se tratara del Tour, ninguno de ellos habría estado entre los cinco primeros. Y al llegar dos etapas duras consecutivas no han tenido fuerzas para recuperar. Pero hagamos una salvedad con Aitor González, que no es un líder, al menos de momento, y no se le puede exigir como tal. Ha tenido siempre un comportamiento valiente, demasiado generoso a veces, y ha llegado más allá de dónde se esperaba. En todo caso, bravo por él.

Ya los italianos se les ha aparecido la Virgen disfrazada de Savoldelli. Dijimos antes de empezar que no se les podía escapar esta carrera, pero uno a uno se les han caído todos los favoritos: Garzelli, Simoni, Casagrande y, ayer, Frigo. Savoldelli era la carta escondida en la que ni ellos mismos pensaban. En este Giro de sorpresas, nunca se puede estar seguro de nada. Pero a Savoldelli, que es el que más fuerte termina y además es buen contrarrelojista, no se le debe escapar el triunfo. Y nosotros aún podemos soñar con ver a Gárate en el podio. Le separan 44 segundos de Caucchioli con 44 km de crono por delante. No es imposible.