Esto ya es de risa

Lo que faltaba. Al empezar el Giro hablábamos de que la carrera partía con cuatro favoritos claros. Tres de ellos se han ido ya: Garzelli, Simoni y, ahora, Casagrande. Afortunadamente no ha sido por causa del doping, pero también es un detalle feo que haya sido descalificado por una acción tan antideportiva como tonta. Que Casagrande llegue a esos extremos por ganar un punto más en el Premio de la Montaña, habla muy claro de su desesperación. Un campeón que se está jugando el Giro no se para en esas nimiedades, pero es evidente que él mismo intuía que ya poco le quedaba por hacer que no fuera conservar ese maillot verde de líder de los escaladores.

Fea anécdota para el Giro, que desde 1999, con la descalificación de Pantani, va de escándalo en escándalo. Este año se están batiendo todos los récords para desprestigio de una carrera que tiene casi cien años de antigüedad y para el propio ciclismo. Así no puede enganchar a nadie el espectáculo. Es más, todo esto da risa.

El debate que organizó AS el lunes en el Foro Ferrándiz mostró, no a los que estamos dentro, pero sí a los aficionados, que el ciclismo está enfermo. Todos debemos asumir nuestro porcentaje de responsabilidad y buscar soluciones. Principalmente en el doping, que es la peor de las lacras.