Poste de Santi Pérez

Ciclismo | Giro de Italia

Poste de Santi Pérez

Poste de Santi Pérez

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El joven ciclista del Kelme sólo fue superado en la primera meta de montaña por Garzelli. Ya está cuarto en la general; Domínguez es sexto y Escartín, séptimo.

Indurain no hubiera ganado la etapa, hubiera dejado que otro lo hiciera, se habría apartado con elegancia, silbando, porque las vueltas son largas y la vida lo es más todavía. Garzelli, maglia rosa del Giro y principal favorito, venció ayer en un sprint desesperado sin ahorrar un aliento y sin hacer un amigo. Esa forma de exprimir sus fuerzas en la primera semana, por momentos ansiosa, le reafirma en el liderato, es cierto, pero hace pensar que él mismo se ha impuesto un ritmo que terminará por reventarle.

Siendo mucho, la etapa pudo ser más todavía. Es difícil explicar cómo la organización optó por un final tan suave cuando tuvo el valor de colocar un muro en la mitad del trazado. Eso fue el Colletto del Moro, el mini Mortirolo que explosionó el pelotón y dejó por delante a la crema del Giro. Al pie del puerto llegaron trece escapados con apenas un minuto de ventaja. A mitad de la subida, los fugados parecían en la cara norte del Annapurna; sólo Bettini resistía con cierto garbo. Por detrás, Garzelli lideraba un grupo, que luego fue reguero y que se quedó en trío: el líder, Casagrande y Simoni.

Bettini coronó primero, y casi a su rueda lo hizo el terceto de favoritos. Nada más iniciarse el descenso se formó un grupo cabecero selectísimo. Allí estaban el trío Los Panchos, Belli, Bettini, Hamilton y alguien que se coló en la fiesta: Santi Pérez, español, del Kelme, muy bueno, con andares de gran ciclista.

Y en el momento de mayor tensión de la etapa sucedió lo que tantas veces, un llano absurdo para que todos se reagrupen. Porque si el plano fue bromuro, el puerto final, de juguete, encogió una etapa que pudo ser decisiva. Sólo los dos últimos kilómetros fueron dignos y allí sucedió todo: atacó De los Ángeles (Kelme), luego Pellizzotti (Alessio), después Juanma Gárate (Lampre). Hasta que demarró Santi Pérez y arrastró a los favoritos. Sólo Garzelli pudo superarle en la meta, pero Santi Pérez llegó con esa cara que ponen los que son muy buenos y muy tranquilos, los que saben que las carreras son muy largas y la vida lo es más todavía. De momento, el niño es cuarto en la general. Está permitido soñar.