Van Hooijdonk tumba a un resacoso Borussia

Fue una final con el veneno de las finales. Es decir, con lágrimas, muchas lágrimas. Lágrimas dulces del Feyenoord, que volvió a sonreir a Europa y recuperó un trofeo que ya levantó en la temporada 73-74. Lágrimas saladas del Borussia, a quien la resaca de la Bundesliga pasó factura. Dulces de Van Hooijdonk, autor de dos goles holandeses. Saladas de Kohler quien, en el día de su adiós al fútbol, hizo el penalti que rompió la final y fue expulsado. Lágrimas y lágrimas en una Rotterdam que lloraba a su político asesinado, Pim Fortuyn.

El partido fue feo. Feo, pero vibrante. Tuvo dos penaltis, dos equipos de brega, dos estilos similares. La táctica era clara. Zoetebier hacía rodar el balón por la frontal del área y de un patadón buscaba a Van Hooijdonk, referencia ofensiva del equipo. En el bando contrario, era el gigantón Koller el faro con el que el Borussia pretendía llegar a buen puerto.

Sin embargo, fue a balón parado como se abrió la final. Corría el 31’ y Kohler, creyéndose el central que fue pero ya no es, erró al intentar driblar a Tomasson. Penalti y 1-0 para el Feyenoord. El Borussia digería el revés cuando llegó el 2-0, lo mejor de la noche, una falta magistralmente lanzada por Van Hooijdonk, que ya había enviado otra igualita al poste.

Llegó el descanso, pero no la tregua. Bastó una jugada, un penalti a Amoroso que él marcó, para hacer trizas los esquemas. Tomasson disfrutó de huecos, Ono jugó entre líneas, Rosicky se echó al Borussia al hombro y Ewerthon puso el turbo. Eso dio paso a un fútbol de pegada en el que el Feyenoord tuvo más punch.

El detalle: triste despedida para Jürgen Kohler

Kohler, que suma tres ligas alemanas, una italiana, una Champions, una Copa de la UEFA y una Eurocopa y un Mundial con Alemania, se despedía ayer. Jürgen no tuvo suerte y fue expulsado al cometer un penalti.