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Ciclismo | Abandono de patrocinadores

El ciclismo sí es un deporte rentable

Los seis equipos españoles cubren prácticamente sus presupuestos anuales sólo con sus apariciones en televisión en la Vuelta a España.

La crisis de patrocinadores que está sufriendo el ciclismo español resulta inexplicable, tanto por la cantidad y calidad de ciclistas que hay actualmente, como por el gran rendimiento publicitario que ofrecen los equipos a las firmas comerciales que les apoyan.

Prueba incontestable de esta rentabilidad son los números que aporta Taylor Sofres, empresa de mediación de audiencia, en un trabajo sobre el impacto publicitario de los equipos en televisión durante la Vuelta a España, que fue encargado por Unipublic.

En el cuadro adjunto se puede observar que los seis equipos cubrieron la casi totalidad de sus presupuestos anuales sólo con la aparición en pantalla de sus ciclistas durante la Vuelta. Kelme y Jazztel sacaron más rendimiento publicitario de lo que se gastaron en todo el año. El Relax incluso lo dobló. Únicamente el Euskaltel y los dos conjuntos con más presupuesto, ibanesto y ONCE, no lo cubrieron totalmente, pero se quedaron muy cerca.

Sólo en televisión. Hay que matizar que se trata sólo de las imágenes aparecidas en televisión en las retransmisiones en directo de TVE y La 2, el reportaje en esta última cadena y las de los informativos de Telecinco, Antena 3, Canal +, cadenas autonómicas y los de las mismas cadenas públicas.

En el estudio no está incluido el impacto publicitario de las fotos y titulares de los periódicos, ni las menciones en las radios. Y tampoco están aquí computados los números del Tour de Francia, del Giro de Italia y de las múltiples carreras nacionales que tienen un buen seguimiento por televisión.

Los números de Taylor Sofres son además netos. Las apariciones que contabilizan no son la de los ciclistas en el pelotón, si no cada vez que se ve con claridad la firma anunciante en el maillot de sus corredores. Y no cuentan el total de la audiencia en el momento de cada aparición, si no lo que en publicidad se llama GRP’S (Gross Rating Point, en inglés), que mide el alcance útil al público al que va destinado ese producto. Es por ello que el Kelme, pese a que sus corredores salieron más tiempo en pantalla (3h 17m 44s) que el ibanesto (2h 46m 39s), tuvieron algo menos de rendimiento publicitario. Porque había mayor número de espectadores con posibilidad de ser clientes del banco, que chavales o mamás compradores de zapatillas o ropa deportiva.

La cifra total se obtiene de multiplicar los GPR’S por la cantidad tasada por las televisiones para los anuncios normales en las mismas horas de audiencia. Es además un publicidad limpia, pues nadie pone la misma atención en ver a un anuncio que a un ciclista en acción durante una etapa de la Vuelta.