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Liga de Campeones | Bayern-Real Madrid

Klaus Aughenthaler: "El partido fue una corrida de toros"

Klaus Aughenthaler, que se despidió del público del Bernabéu con un gesto que simulaba a un Miura, ve al Madrid como favorito en la eliminatoria.

LADISLAO J. MOÑINO

No quiero el ejemplar del periódico, gracias. Tengo esa foto en grande colgada en mi casa". Aquella afrenta al Bernabéu, un dedo de cada mano en la cabeza simulando los cuernos de un toro, forma parte de los recuerdos de la carrera de Klaus Augenthaler. Del madridismo también, que siempre vio a aquel central grandullón de disparo imponente como a un diablo. Por todo lo que influía en lo que acontecía sobre el campo, nombrarle en las previas de los partidos era invocar a la bicha. Si el Bayern sufría agobios, ahí estaba él para meter la cabeza o cruzarse. Y cuando las subidas de adrenalina provocaban los piques, él estaba en primera fila encarándose con unos y con otros. Imponía y mucho.

De todas aquellas batallas, las que mantuvo con Hugo Sánchez fueron las más intensas. Eran dos temperamentos explosivos que se buscaban y se encontraban: "El mexicano era un gran futbolista, pero mejor actor. Me expulsaron por su culpa, porque se dejó caer delante de mí y el árbitro pensó que le había agredido. Aquel partido fue como una corrida de toros. En la ida, Juanito había pisado la cabeza a Matthäus y yo había tenido enfrentamientos con Míchel y Hugo Sánchez. Todos estábamos muy calientes en el partido de vuelta en el Santiago Bernabéu. Aquel gesto fue producto de la tensión y de la rivalidad que se genera en este tipo de encuentros".

De aquella pelea salió ganador Augenthaler y también el Bayern, que se metió en la final para perderla ante el Oporto de Futre y Madjer. La Quinta del Buitre estaba en pleno apogeo y se llevó su primer disgusto en la competición que nunca pudieron ganar. En la siguiente temporada, esta vez en cuartos, fue el Bayern el que dobló la rodilla. Los alemanes habían ganado en la ida 3-2 y, en la vuelta, el Madrid ya había remontado el resultado antes del descanso con goles de Jankovic y Míchel. El segundo tiempo fue un vacile desquiciante para Augenthaler, que tuvo que aguantar las provocaciones y las tretas de Hugo. Sus propios compañeros le tuvieron que decir que dejara de perseguirle y hacerle faltas porque les estaba cortando el ritmo de juego. Querían atacar, pero Hugo Sánchez paraba el partido cada vez que Augenthaler se le arrimaba: "No paraba de decirme cosas y de tirarse al suelo. Que listo era, me sacó de mis casillas y tuve que dejarle para no perjudicar a mi equipo que buscaba un gol que nos clasificara".

Inmerso en salvar al Nuremberg, al que ascendió a la Bundesliga, Augenthaler mira la eliminatoria más hacia sus propios intereses y los de su club que a los del Bayern: "Nosotros les recibimos en casa después de jugar contra el Madrid y espero que lleguen muy cansados porque nosotros nos estamos jugando la permanencia". A la hora de elegir un posible ganador, Augenthaler antepone la suma de individualidades de uno y otro: "Creo que el que pasará a semifinales será el Real Madrid. Ellos tienen mejores futbolistas. Su número de individualidades es mayor. En el Madrid te pueden ganar un partido Zidane, Figo, Raúl, Roberto Carlos, Hierro.... El Bayern sólo tiene dos futbolistas así: Kahn y Stefan Effenberg".

Carácter. Como en su etapa de jugador, Augenthaler impresiona en el cara a cara. Ahora está en un club pequeño, en el que el porcentaje de partidos perdidos triplica los de sus tiempos de futbolista en el Bayern. Los que le conocen dicen que sus cabreos son espectaculares cada vez que el Nuremberg suma una derrota. No está acostumbrado a agachar tantas veces la cabeza. Es un ganador cuya filosofía de trabajo es "la agresividad". Pese a sus genes de defensa parece comprometido con el juego de ataque: "Como a Rummenigge, a mí no me gusta ganar sin divertir a mis aficionados".