Ciclismo | París - Niza
El sancionado Frigo resucita en el Col dEze
Vinokourov, virtual vencedor a falta del trámite de hoy.
Hay corredores que plantan sus feudos en determinados lugares. Quizás Rappel nos podría explicar porqué los hermanos Galdeano, Álvaro e Igor, ganan siempre en Gijón, o Dario Frigo en el Col dEze. ¿Conocimiento y buena adaptación al terreno?, ¿motivación anímica, ¿predestinación?
El caso es que el Col dEze significó el trampolín para Dario Frigo. Allí ganó la cronoescalada y sentenció su triunfo final en la París-Niza. La nueva promesa del ciclismo italiano se confirmó como tal dos meses después en el Giro de Italia. Fue nueve días líder e iba segundo en dura lucha con Simoni cuando los carabineros entraron a saco en los hoteles y le descubrieron en su maleta un fármaco más avanzado que la EPO, que entonces fue una gran novedad, pero del que todos están ya al cabo de la calle después de que Johan Muehlegg utilizara algo parecido.
Nueve meses ha estado sin competir Dario Frigo, quien aún tiene un juicio pendiente en Italia. Precisamente reapareció en esta París-Niza, eso sí, en distinto equipo (del Fassa Bortolo al Tacconi) . El doping deja un estigma imborrable (¿verdad, Pantani), pero como todo ciclista es inocente hasta que no se demuestre lo contrario, hay que decir que el italiano ganó en Eze, como un campeón, atacando en varias veces hasta quedarse solo.