Roa, ¡tú, no!

La dinámica es muy peligrosa. El estado de ánimo se refleja en la expulsión con roja directa del preparador físico. Las sensaciones son malas, la reacción nula, se ha perdido el carácter y hay dolor, pero no rabia. El semblante en el campo, en el vestuario, en el hotel, en el avión y en el entrenamiento es muy triste. Pero... ¡tú no, Roa! Jamás habíamos visto al mejor portero del mundo tan descentrado, tan inseguro en los balones altos. En el minuto 56 de partido, un disparo del Toro Acuña hace que Roa se arrodille en tierra pero no para detener el tiro, sino para ver como el balón, tras tocarlo, lentamente busca el camino de la portería, el camino de la derrota mallorquinista que deja a los bermellones en zona de descenso.

Es la foto que nunca habíamos visto de Roa, y duele. Duele por él, un tipo que se había metido en la cabeza sacar adelante a los suyos desde la portería, desde su experiencia y sus dotes de mando. Y duele por el equipo, un grupo que confía en Roa con los ojos cerrados. Si ya falla hasta Roa, ¿qué nos queda?, si Roa se contagia de la falta de ánimo y pierde su carácter por el camino, ¿qué le queda a este Mallorca? quizá sólo rezar y también en esa materia Roa lo tiene en sus manos.