"Otro oro de Muehlegg nos traerá más ridículo"

En 2002, Muehlegg ha unido su apellido al de los Fernández Ochoa. Paquito es escéptico con unos triunfos que no considera 100% españoles.

- Ni mucho menos. Lo que sí hay que reconocer es que Muehlegg es un superatleta y que tiene todo lo que debe tener un campeón. Pero sus victorias no tapan los vacíos del esquí español. Me alegro por él infinitamente y, de rebote, también por España, por qué no. Pero de ahí a que me obliguen a identificarme con él... Sí, tiene pasaporte español y todas esas cosas, pero a nivel deportivo la verdad es que no me dice nada.

- Sí, pero en España hay otros muchos deportistas que no son españoles o que han venido a España y luego se han nacionalizado y el público se entusiasma con sus éxitos. ¿No comparte ese entusiasmo?

- Yo acepto a deportistas que vienen exiliados, por problemas políticos, como es el caso de los cubanos, o deportistas que llevan un tiempo en España y deciden nacionalizarse. Pero esto es otra cosa. Johann de la noche a la mañana pasa a llamarse Juanito y le encanta España. Tampoco tiene tanto mérito. ¡Nos ha fastidiado! ¿Y a quién no le gusta España? A nadie le amarga un dulce. De verdad, es patético.

- Hay quien dice que lo que tiene usted es celos. ¿En realidad, por qué le molesta tanto?

- Me da rabia por el deporte español. Yo no tengo celos ni nada de eso que están diciendo, y, a propósito de la famosa frase de que de me toca las narices, no lo dije porque me toque las narices Juanito, sino porque me toca las narices sus triunfos vendidos como éxito de nuestro deporte. No sé si están dando cuenta pero estamos haciendo el ridículo. A nivel personal suyo, me gustaría que ganara una tercera medalla.

¡Ojalá gane una tercera medalla! Mucho mejor para él y mucho más ridículo para nosotros. Es una pena que estemos echando las campanas al vuelo porque en realidad el deporte español no ha ganado nada. Ha llegado un señor, que, por cierto es un tipo muy especial, que le gusta ir por libre, y lo aquí le hemos dado lo que él quería. Estas medallas no tapan las lagunas del esquí español.

-¿Pero qué es en realidad lo que más le molesta de Muehlegg?

-Me fastidia la diferencia de trato respecto al resto de los deportistas del equipo. Estamos delirando si nos creemos que estamos ante un éxito del deporte español. Éste es un señor que pasa en España como mucho un mes al año; su equipo, entrenador... son de fuera y él ha venido a España ganando un dinero. Es una política errónea porque yo con ese dinero hubiera traído buenos entrenadores para preparar mejor a los nuestros y hacer que ganen medallas.

-Sin embargo, la propia Federación asegura que traer a Muehlegg no le ha costado un duro...

- Johann Muehlegg no ha corrido gratis nunca. Es más, el día que no gane dinero ya no se sentirá tan español... Pueden decir lo que quieran, pero la Federación le está poniendo a su alcance todos los medios que ha pedido, y eso cuesta mucho dinero. Nos están vendiendo la moto, pero la prueba de que está en España por lo que está es que el año pasado puso a la Federación contra la pared.

- ¿Pero no cree que las medallas de Muehlegg pueden hacer mucho bien al esquí español?

- Esta claro que dos medallas de oro no estorban a nadie, pero de ahí a tirar cohetes... Lo único que hemos hecho es pagar medallas y eso no tiene mérito. Si me dan a elegir, prefiero un décimo puesto de Juan Jesús Gutiérrez que un oro de Muehlegg. Esto éticamente me huele fatal, le guste o no al secretario de Estado.

- ¿Por qué le huele mal?

- Me huele mal porque nos están vendiendo un producto no el resultado de una política deportiva. Yo antes me traigo tres o cuatro entrenadores o me dedico a poner más medios a los esquiadores.

- Pero eso de hacer campeones no debe ser tan fácil. Usted lo sabrá. ¿No estuvo en la Federación?

- Yo estuve en la Federación Internacional, de la que fue miembro del comité ejecutivo durante 9 años, nunca estuve en la nacional. Es más, en la española siempre me han mantenido cuanto más lejos mejor. Y que conste que no hago estas declaraciones por despecho, sino porque me da rabia que esté sucediendo lo que yo siempre vaticiné. Es una pena que los chavales se pierdan con 15 años porque no hay técnicos, ni planificación ni nada. Pero esto no es de ayer.

A mi hermana la llevaron fatal y ahora pasa lo mismo. Los chavales se acaban quemando. Si esto es una política acertada, apaga y vámonos. La Federación Española por no tener, no tiene ni presidente. Pero esto no es de ahora. Luis Algar (el último presidente) sólo puso la guinda de un pastel que huele desde hace más de 20 años.