Deporte, sí; trampas, no

Los estudiantes estuvieron muy críticos con los métodos utilizados para conseguir los mejores resultados: el dopaje y la fabricación a la carta de campeones.

El deporte espectáculo empuja a la barra libre

La extensión del dopaje ya no sólo en el deporte de alta competición sino también en el deporte popular es uno de los temas que más inquieta a los profesionales del deporte. La mayoría coincidió en señalar que, mientras la sociedad no cambie, el dopaje existirá, sobre todo en el deporte espectáculo, sometido a los resultados deportivos y económicos, donde los que acuden a presenciar un evento de estas características lo que quiere ver es cómo se baten marcas, cómo el hombre se supera a sí mismo y cómo, por poner un ejemplo, asciende seis puertos con cuestas con porcentajes increíbles.

Una postura que tildaron de hipócrita y cínica, por considerar que la sociedad repudia el dopaje, sobre todo porque queda bien, pero a su vez le encanta presenciar hazañas que rozan casi lo inverosímil. "Proclamamos el deporte salud y luego dopamos a los campeones", criticó duramente un estudiante.

Por contra, el dopaje en el deporte de alto nivel preocupa menos a los futuros licenciados que el que se encuentra sumergido en los gimnasios o entre los deportistas más jóvenes que, por sentirse presionados para permanecer en un equipo o para dar el salto al profesionalismo, se someten al consumo de sustancias sin control alguno. Los más críticos del foro apelaron con ironía a los médicos a que subieran al podio cuando un deportista ganara una medalla, por considerar que la tendencia actual les brinda casi más méritos a ellos que a los propios atletas. Una de las soluciones que se plantearon para empezar a a atajar el problema es el de pedir responsabilidades, ya no sólo al deportista sino también a todo su entorno.

Calidad y variedad en la información

Los estudiantes fueron especialmente duros con los medios de comunicación, a los que reclamaron menos fútbol, más variedad y pluralidad en la difusión de las noticias deportivas y pidieron un compromiso por divulgar información de más calidad y más científica. Confesaron no sentirse identificados con la parte más comercial y frívola del deporte y sugirieron a la prensa que reflexione sobre los efectos beneficiosos que tendría para el deporte una ampliación de horizontes.

Más protagonismo en las escuelas

Les preocupa mucho las reformas educativas que caminan hacia la implantación de las dos horas semanales de educación física en las escuelas. Consideran que es un grave error, no sólo por la importancia que tiene el deporte en la formación del ser humano como persona en una sociedad, sino por la imposibilidad de crear hábitos deportivos en una sociedad, como la española, donde la práctica del deporte como ocio o como salud es muy reducida. Una docente se lamentó de que esta escasez de horas lectivas derroca inevitablemente todos los posibles seguimientos que podría hacer un profesor de Educación Física dentro de la escuela a alumnos dotados con altas capacidades motrices, tal y como aseguró que se hace en algunos centros educativos con algunos alumnos superdotados en el ámbito intelectual.

Los extranjeros, sólo cuando aporten algo

Los universitarios se congratularon de la tendencia bajista de los técnicos extranjeros en las grandes ligas españolas, tanto la de fútbol como la de baloncesto y en el deporte español en general, aunque no se opusieron radicalmente a la llegada de técnicos de otros países siempre que éstos aporten conocimientos que ayuden a enriquecer a nuestro deporte. Reivindicaron, asimismo, la presencia de los titulados en más aspectos de la sociedad, no sólo las escuelas, las federaciones o los equipos profesionales, sino también en otros recintos deportivos como gimnasios, clubes, etc.

Futuro y competencias profesionales

Los estudiantes mostraron especial preocupación por el intrusismo existente en la profesión, por entender que sus competencias no se encuentran lo suficientemente delimitadas. Les inquieta la existencia de una orden ministerial en marcha para regular las titulaciones deportivas que dependen de las federaciones -tales como entrenadores, monitores- por entender que en un futuro próximo estos profesionales podrían interferir en sus competencias.