Nico Olivera pudo haber dejado al Sevilla más arriba en la tabla si no le hubiera mirado un tuerto, porque el uruguayo estrelló tres balones en los palos en los 20 primeros minutos de la segunda mitad que hubieran supuesto tres puntos y una victoria cómoda. Mala suerte la del Sevilla que, a decir verdad, hizo poco más de eso en ataque y sólo mostró los tres peligrosos fogonazos del charrúa.

De sustos fue la cosa porque el que dio Reyes en el último entrenamiento parecía haber mudado la faz a los de Caparrós, que lucieron un juego pálido y espeso durante la primera mitad. Sin profundidad, sin centro del campo y sin inspiración arriba. Con el déficit de los chispazos de Reyes sus pulsaciones bajan, sobre todo porque Olivera se borró del campo y el resto de sus compañeros, excepción hecha de los siempre animosos Gallardo y Moisés, tampoco ayudaron en esos primeros compases.

Los jugadores de Lotina, sin embargo, van haciendo cada vez mejor los deberes. Nada les afecta. Tocan, maduran el partido, se mueven como un reloj. No se inmutan y van lanzándose hacia arriba con la seguridad que les aporta esa línea de tres (Cruchaga-Contreras-Josetxo) que va achicando espacios hasta que el centro del campo se convierte en un territorio asfixiante, por el que campan tirando balones hacia arriba Puñal y Fernando. Eso sí, con una delantera en exceso roma. No tuvo muchas oportunidades en este primer tiempo Osasuna, pero es que Unzué se pudo dedicar a saludar a sus antiguos amigos, que le recibieron con una justa ovación por los servicios prestados cuando se colocó bajo la puerta.

Tras el descanso el panorama cambió y la entrada impetuosa de Víctor Salas dio mucha más profundidad al Sevilla. Tanta y tan de repente que vinieron los tres tiros al palo de Olivera. Parecía que el Sevilla iba a cumplir con esa premisa que rige sus actuaciones hasta la fecha y que dice que en las segundas partes vienen los goles (lleva 38 y 28 de ellos han llegado en el segundo tiempo). Sin embargo fue un espejismo, a pesar de que todo el equipo fue creciendo en su juego. Se estrenó el nuevo fichaje Torrado, pero no pudo demostrar nada

Osasuna se hizo fuerte atrás, supo capear el temporal que se le venía encima y volvió a recobrar la tranquilidad, aunque fuese a costa de cortar el juego demasiado. Consideró la oportunidad de amarrar otro puntito y no perdió la calma, ni la fortuna le fue esquiva. Semana de sobresaltos para el Sevilla. Noche de mala suerte, pero al menos se siguió sumando.

El detalle

Njegus clavó los tacos a Josetxo.

En una jugada fortuita, Njegus pisó a Josetxo y le clavó los tacos en su rodilla derecha. La herida sangrante que presentaba obligó a que fuese sustituido.