Hoy acaba el baile de los fichajes y pocos se han desmelenado en la pista. El mercado invernal, que se abrió el 15 de diciembre, ha estado frío y cicatero y, si no llega a ser por la Real Sociedad, el balance habría sido desolador. Sólo cinco equipos se han rascado el bolsillo y, entre todos, han desembolsado 3.870 millones de pesetas (23,259 millones de euros), 4.930 millones de pesetas menos que la temporada pasada. Las altas, a falta de alguna sorpresa de última hora, han sido 17, por las 33 de la campaña 2000-01 y los equipos han preferido soltar lastre, desprendiéndose de 26 jugadores.

El caso que nos ocupa, el del Espanyol, es digno de mención. El inquilino de Montjuïc ha incorporado a dos futbolistas de renombre por un coste inicial de cero euros. Han llegado Antonio Pacheco, uruguayo del Inter de Milán, y Paulo Sousa, bicampeón de Europa. El primero llega cedido hasta final de temporada aunque con opción de prórroga hasta el 2003. Por su parte, el portugués ha llegado desde su casa. Antes de Navidad le despidieron del Panathinaikos y se entrenó por su cuenta hasta ayer.

La escasez monetaria provoca que las negociaciones del secretario técnico, Sergio Morgado, se hagan eternas. Una vez convencido el jugador de que en el Espanyol se juega bien al fútbol, José Luis Marcó, director general, debe decidir si la operación es viable. De Paulo Sousa se empezó a hablar con las uvas de Nochevieja y no fue presentado hasta ayer. Y mientras, del Barcelona sólo se ha marchado Alfonso.