Entrevista Manuel Díaz Vega
"Los líneas no dudan, señalan lo que ven"
La pasada jornada se pitaron 62 fueras de juego y de ellos 9 no lo eran o por lo menos ofrecían algún tipo de duda. Si el reglamento dice que en caso de no haber certeza, hay que evitar señalarlos ¿por qué no lo hacen los asistentes?
Porque la duda para ellos no existe en ese momento. Si usted les pregunta al respecto, ellos responderán que lo vieron claro. Los asistentes pitan lo que ven, aunque muchas veces vean cosas que no existen.
Pero ¿qué le parece que en los nueve casos dudosos hayan errado en todos?
No voy a entrar a valorar si se trata de un porcentaje alto o bajo. El riesgo a equivocarse está ahí, pero no sólo en el fuera de juego, sino en cualquier tipo de infracción. Lo único que está claro es que a medida que crece el número de decisiones tomadas aumenta también la posibilidad de errores posibles.
¿Cree que el linier puede caer en el error de señalar más de la cuenta en un posible afán de protagonismo?
No. No se trata de eso. El problema que tiene un árbitro asistente no es de interpretación, sino más bien una cuestión de posicionamiento, de visión y, sobre todo, de concentración. Hay que tener en cuenta que ellos trabajan en la banda, donde existen numerosos factores externos que pueden llegar a afectar en una atención al 100% durante los 90 minutos de juego. Es éste, sin duda, el factor que debemos mejorar.
Usted asume los errores de su colectivo, pero parece que el fútbol no. ¿Qué opinión le merecen los revuelos surgidos la pasada jornada como el del fuera de juego señalado a Ilie?
Si vemos el número de aciertos, éste es más alto que el de errores.
Sí, pero eso es lógico.
Errores como el ocurrido en el Bernabéu no es normal que se produzcan, pero son innatos al arbitraje y tenemos que asumirlos. Lo que ha sucedido con este fallo es que, por el partido de que se trataba, se ha magnificado.
¿Existe alguna solución para que el número de errores disminuya?
Es muy fácil criticar a posteriori. Llevo años esperando que alguien me presente una solución, pero todavía no ha llegado nadie con el mágico remedio.