Primera | Polémica
Los árbitros no aplican el reglamento
En caso de duda no se tiene que pitar fuera de juego y sin embargo los linieres siempre lo señalan. En la última jornada se equivocaron en los nueve casos que hubo.
El reglamento se lo pone en bandeja para no equivocarse o hacerlo lo menos posible y, sin embargo, el colectivo arbitral se empeña en no aprovechar esta circunstancia. La pasada jornada, los colegiados señalaron 62 fueras de juego en los 10 partidos disputados en Primera. De todos ellos, nueve, uno de cada siete, eran, de entrada, dudosos y dos de ellos resultaron ser errores clamorosos que influyeron en el resultado final.
El escándalo surgido a raíz los goles anulados al valencianista Ilie y al realista Kovacevic podría haberse evitado en caso de que los árbitros hubieran aplicado correctamente la regla XI, matizada por la FIFA en 1990, y que les brinda el beneficio de la duda en casos como éstos. Pero la equivocación ya no es cosa de uno. Desde que en 1996 los antiguos líneas adquirieran la denominación de árbitros asistentes, éstos han pasado a compartir decisiones con los árbitros, para bien y para mal, como en su día mostró la famosa frase del desesperado colegiado que ante la decisión del árbitro asistente Rafa Guerrero no pudo evitar pronunciar el ya famoso "Rafa, no me jodas".
Una regla en evolución. La regla del fuera de juego es una de las que más ha evolucionado. Desde una negativa inicial de permitir pases a compañeros más adelantados, se pasó en 1866 a permitirlos en caso de haber tres defensores entre el atacante y la línea de meta contraria. Desde entonces, la regulación ha sufrido casi una decena de cambios pero ha sido en los últimos 30 años cuando ha experimentado sus modificaciones más notables. Uno de los mayores avances se dio en los años 80 al limitar el fuera de juego al jugador con posición de influencia y en los 90, al permitir la situación en línea del atacante.
Conscientes de la dificultad del fuera de juego, el fútbol ha aunado todos sus esfuerzos para solucionar una de las infracciones más polémicas. La tecnología ha puesto, además, sus últimos avances en manos de los colegiados. El último, un sistema de conexión entre el árbitro y el asistente, que permite a este último, pulsando un botón situado en el banderín, avisar inmediatamente al colegiado. Y, pese a todo, se siguen equivocando. Por no adoptar la recomendación: en caso de duda, mejor no pitar, como interpretó el ex árbitro Javier Rodríguez en un libro editado por la Liga de Fútbol Profesional sobre las reglas del fútbol.