Motociclismo | Juan Garriga
"Me juzgan por lo que no he hecho"
La enfermedad del abogado del primer inculpado en el caso Juan Garriga provocó que el juicio se retrasara por segundo día consecutivo. La nueva vista quedó fijada para los días 7, 8 y 9 de mayo.
En una situación así acabas fastidiado, aunque lo más importante de todo es poder ir con la cabeza bien alta. Deseo que todo esto acabe lo antes posible.
Mi carrera profesional en el mundo de las motos es lo más grande que he hecho en mi vida, aunque considero que ninguna de mis acciones se puede considerar indigna, por lo que tengo la conciencia muy tranquila.
En este mundo todos miramos por nuestros intereses. Cada uno se saca las castañas del fuego como puede.
¿Quieres que te sea claramente sincero?
La única persona por la que me he sentido arropado es por mi hija, de ocho años. Ella se merece lo mejor del mundo.
Sí.
Me senté un día a su lado y comencé a explicárselo todo. Durante estos días se han escrito y se han dicho cosas que a uno no le gusta oír. Es muy fácil escribir mentiras y que la gente opine sin tener ni idea de nada.
Prefiero no decir nada, aunque me gustaría remarcar que en este país opinar es gratuito. Si se tuviera que pagar dinero, más de la mitad hubieran callado la boca.
No sé si me gustaría volver atrás. Soy una persona que considero que las cosas se han de vivir al día y en su momento. Lo demás no vale la pena.
¡Cómo no! Sinceramente tengo muchas ganas. De la manera que estoy ahora no puedo buscar un trabajo fijo ni pensar en ninguna cosa estable. Tengo ganas de marcarme algún objetivo determinado y luchar por él hasta el fin.
Me da mucha pena pensar una cosa. ¿Tú sabes lo que es aguantar un sambenito de estas características sin haber hecho nada? No te lo aconsejo. Me siento traicionado y utilizado por mucha gente. Es una lástima tener estas sensaciones cuando no me corresponde por mis actos.
Llegué a ser subcampeón del mundo y a conseguir todo lo que tengo de la nada. ¡Soy de pueblo y no he tenido padrinos! Me satisface pensar que nadie me ha regalado nada.
Sí. Nadie me puede señalar con el dedo. Todo el mundo tiene que saber que si hubiera hecho algo malo, por la manera de ser que tengo, me hubiera muerto. No podría vivir de ninguna de las maneras. Se me está juzgando por algo que no he hecho.