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Balonmano | España - Francia

España desafía a Francia, actual subcampeona

Morskova, coja y falta de forma, a 13 tantos de la plusmarca goleadora.

FE Y GANAS. Maite Andreu es de las que querían a Francia ahora.
EFE

Ni su cojera evidente, ni el rictus de dolor patentes en su cara durante los partidos, ni los esfuerzos que hace por atacar y defender minan a Natalia Morskova, máxima goleadora en el Mundial de Italia, y el argumento más sólido para que España pueda sorprender esta tarde a Francia en los octavos de final (18:00, Teledeporte) en Bressanone.

Natalia, que en el Mundial de 1986 fue la mejor jugadora y máxima artillera con la selección soviética, aparece con una preparación cogida con alfileres tras una recuperación de seis meses por la operación de su rodilla. Pese a todo, lleva 58 tantos (casi 12 por encuentro), 13 más que la segunda de la lista. Si hoy mantiene la media se quedaría a nada de batir el récord goleador absoluto en un Mundial femenino: los 71 goles de la macedonia Indira Krastratovic en 1997.

El problema para España es que Francia es la actual subcampeona del Mundo, el rival que no quería Cristina Mayo, la seleccionadora: "Prefería a Dinamarca frente a las jugadoras, porque ellas sí quieren a Francia enfrente. Hemos jugado dos encuentros oficiales este año contra las francesas (Juegos del Mediterráneo) y empatamos uno y perdimos otro. Ganar no será fácil, pero tampoco es imposible. Nosotras ya hemos dado un paso notable: de estar en el cuarto bombo en los sorteos, el de las peores, nos iremos de Italia en el peor de los casos como las décimas del Mundial".

Cuestión de fe. España conoce de sobra el poder galo, la capacidad de su estrella Leila Lejeune, y también que las francesas están preocupadas con la presencia de Natalia. Cristina Mayo sabe que "Morskova está sufriendo en los partidos", y aunque tiene también renqueantes a Cristina Gómez y Montse Puche, espera rentabilizar las oportunidades que tenga: "En la primera fase perdimos dos partidos porque regalamos demasiados balones". Hoy toca jugar con seriedad.