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Ciclismo | Vuelta a España

Seis años de novedades en la montaña

En las últimas ediciones la ronda hispana ha estrenado once puertos.

LO MÁS DURO. Panorámica de las curvas de herradura al inicio.

La Covatilla no será el único estreno en la próxima edición de la Vuelta, también habrá final de etapa en La Pandera, puerto de 1.872 metros de altitud, situado a unos 35 km de Jaén, entre Los Villares y Valdepeñas de Jaén, que tiene ocho kilómetros de ascensión y rampas de hasta el 17% de desnivel. Este alto se ha ascendido ya en muchas ocasiones en la Vuelta a Andalucía, pero nunca se ha llegado hasta su cima, pues allí hay una base militar y está prohibido el acceso. Pero como sucedió el año pasado con Aitana, los organizadores de la Vuelta a España han conseguido el permiso para hacer allí un final de etapa.

Con estas dos novedades Unipublic sigue con su política de encontrar nuevos retos para hacer más espectacular su carrera. En los últimos seis años la Vuelta ha situado finales de etapa en once puertos inéditos, contando los dos estrenos que se producirán en 2002.

Siempre innovando. El año pasado la gran sorpresa fue el descubrimiento del Alto de Aitana; en 2000 se llegó por primera vez a La Molina; en 1999 hubo hasta cuatro estrenos: Angliru, Arcalís, Rasos de Peguera y Abantos; en 1998 aparecieron Xorret de Catí y Las Lagunas de Neila; y en 1997, el Morredero.

En los casos de las Lagunas de Neila, Rasos de Peguera y Arcalís, ya se habían subido en otras carreras, pero los otros ocho restantes han sido descubrimientos de la Vuelta como meta final.

Tanto puerto ha contribuido a que en los dos últimos años se produzca una paradoja impensable en otras grandes rondas: el ganador del premio de la regularidad ha sido un escalador: Chava Jiménez (2001) y Heras (2000).

El tercero más alto

De todos los puertos que se han ascendido en la historia de la Vuelta a España, La Covatilla, ocupará el tercer lugar con sus 1.966 metros de altura, sólo superados por Sierra Nevada y La Bonaigua. Claro está que la altitud no es sinónimo de dureza, pero tampoco desmerecen su porcentaje medio de rampas, que es del 7,6%, ni su longitud, que son 18 km si se parte desde Béjar.