Segunda | Numancia 1 - Burgos 5
Festival del Burgos en Los Pajaritos
La goleada provocará la marcha casi segura del técnico soriano.
Celestino Vallejo dejará hoy con casi toda seguridad el banquillo del Numancia después de que su equipo naufragara de nuevo y perdiera contundentemente en Los Pajaritos ante un Burgos que ya ha conseguido cinco triunfos lejos de su terreno de juego. El Consejo de Administración soriano no destituyó ayer al técnico, pero todo apunta a que Vallejo presentará hoy su dimisión y abandonará el cargo de primer entrenador.
Nunca hubiera soñado Enrique Martín que el Burgos encontraría tantas facilidades para vencer con semejante claridad en el estadio numantino. La afición local todavía no había asimilado los cuatro cambios introducidos por Vallejo en su once después del varapalo de Santander cuando José Mari ya había inaugurado el marcador. Corría el minuto cuatro y el choque se le ponía todavía más cuesta arriba al equipo soriano. Todo el bagaje ofensivo del Numancia se reducía a un saque de esquina que no acertó a rematar el debutante Antonio López. Era tal su incapacidad ante el marco contrario, que su único gol lo anotó Ángel Merino en propia puerta.
Se acababa de cumplir la media hora de juego y el choque estaba a punto de quedar sentenciado. Pero no porque los sorianos completaran su reacción, sino porque, lejos de amilanarse tras el tanto encajado, el Burgos sólo necesitó un minuto para, en dos certeros zarpazos, hundir totalmente al Numancia. Los goles de César Esteban, con la colaboración del meta Jonathan y Cuéllar, en propia puerta, tras un contragolpe conducido por Carlos Merino, le enseñaron a Vallejo el camino de salida del Numancia.
Pero ahí no acabó todo, ya que los rojillos estaban condenados a encajar más goles y a empeorar todavía más su imagen. Tras el descanso, y con José Mari como auténtico bastión, el Burgos llegó cuando quiso a la meta soriana, marcó dos goles (uno de Iñaki, de penalti, y otro de Carlos Merino) y pudo haber materializado un número mayor de tantos. La afición soriana despidió a su equipo con una sonora bronca y una gran pañolada.