Los Pumas argentinos están causando furor en las Islas Británicas. Su espectacular juego y las victorias ante Gales (16-30) y Escocia (15-26) han levantado admiración entre los entendidos aficionados del rugby británico.

Pero el pasado sábado los Pumas quisieron llevarse de Murrayfield algo más que el partido y una buena dosis de prestigio. Intentaron quedarse con la perdiz, mascota del patrocinador escocés. Gregor Townsend, medio apertura escocés y dueño de un pub cercano a Murrayfield, confirmó las amenazas de Reggiardo antes de iniciarse el choque. "Mauricio (compañero suyo en el Castres francés) me ha dicho que quiere quedarse con la perdiz del pub. Si ganan irá a por su trofeo. Mauricio es un tipo divertido. Sobre todo cuando provoca a los rivales diciéndoles que pasó la noche con sus mujeres", bromeó Townsed.

El partido registró el triunfo de los Pumas y ahí comenzó la odisea de la mascota. Reggiardo se hizo con una de las enormes perdices que el sponsor había colocado en las bandas de Murrayfield y se ahorró el paseo al pub de Townsend. La escondió en el vestuario, conquista muy aplaudida por sus compañeros, y la vistió con una camiseta de entrenamiento. Informada de la captura, la organización solicitó la ‘liberación’ de la simbólica ave, hecho que encontró la infranqueable resistencia del paquete albiceleste.

Finalmente, uno de los máximos dirigentes del evento solicitó la entrega pacífica de la perdiz. Los argentinos accedieron a ello, pese a las negativas de Reggiardo, que advirtió: "Esta historia aún no ha terminado". Y el pilier argentino es de los que cumple lo prometido...