Los volantes oficiales del Campeonato del Mundo de rallys 2002 están prácticamente asignados. Sólo quedan unos pocos huecos, en los que están intentando ubicarse dos pilotos españoles. Por un lado Chus Puras, que, con la aureola de su victoria de Córcega, mantiene varios frentes abiertos, y por otro Luis Climent, que podría volver a pilotar un Skoda Octavia.

A la vuelta del verano se produjeron todos los movimientos de los principales tenores del certamen. Tommi Makinen pasó de Mitsubishi a Subaru y Richard Burns de la escuadra azul a Peugeot. Con la renovación de Carlos Sainz por Ford los mejores quedaban colocados y sólo restaba por conocerse la ubicación de los segundos espadas.

En Mitsubishi se apresuraban a cerrar con François Delecour y Alister McRae, y en Hyundai se hacían con los servicios de Freddy Loix (todo apunta que gracias al apoyo de los dólares de Marlboro) y Juha Kankkunen. Con Markko Martin en el tercer Ford, sólo resta por colocarse Didier Auriol, al que se da casi seguro como piloto de Subaru, entre los pilotos campeones.

Chus Puras, por su parte, sigue en plena negociación, e incluso se ha reabierto la puerta de Citroën para que corra un programa de tres rallys de asfalto como el que efectuará Phillippe Bugalski, aunque los hombres fuertes del equipo serán Sebastien Loeb y Thomas Radstrom. Si decide retomar esta marca, el cántabro correría poco, pero sería candidato al triunfo en Montecarlo, Cataluña y Alemania.

Luis Climent

Las otras opciones de Puras son Mitsubishi, donde hasta mayo no comenzaría el programa, Subaru, aunque parecen decantados por Auriol, y si no Hyundai o Skoda, marcas que le ofrecen un programa completo, pero sin opciones a las victorias. Y es en esta última en la que Luis Climent ha reabierto sus puertas y también está negociando para pilotar uno de sus Octavia.