-Y Pacheco, ¿qué pensará de todo esto?

-¿El alcalde? Ése es un fenómeno. Dijo que Schuster no valía para esto y fíjese. Un crack, créame.

-No será para tanto...

-El niño en el bautizo, el marido en la boda y el muerto en el entierro. Lo que yo le diga. Se ha gastado 3.000 millones en ocho años para hacer lo que mismo que nosotros con 200 en dos. Magnífico gestor.

-¿Qué hay de verdad en eso de que quiso comprar el club?

-Es cierto. Me lo quiso comprar por dos bocadillos de mortadela y un abrazo.

-Pobre oferta...

-El fútbol echará a Pacheco de Jerez. Abrirá a la ciudad la ventana de la libertad, porque el fútbol es un sentimiento y Pacheco ha echado de Jerez un sentimiento, el xerecismo.

-¿Tan mal se ha portado?

-Y lo sigue haciendo. El Ayuntamiento ofrece a nuestros rivales las instalaciones municipales. Y cada día nos entrenamos en un campo diferente.

-Obviemos a Pacheco. ¿Qué me cuenta de Schuster?

-Schuster es una apuesta atrevida. Me reuní con él cuatro veces y vi claro que era el hombre. En cinco años entrenará al Madrid o al Barça.

-¿Tiene receta este éxito?

-El primer día entré en el vestuario y les dije: "Aquí cada uno que haga lo que sabe hacer. Vosotros jugar al fútbol, del alcalde me encargo yo".

-Ustedes triunfan con la misma plantilla de Segunda B.

-El manual dice que en Segunda tienes que tener jugadores con experiencia en la categoría. Yo prefiero a los míos, que saben lo que es recibir pedradas y viajar en autobuses destartalados en Segunda B. Estos sí que se matan por no regresar al pozo.

-¿Agradecido a Sanlúcar?

-Nos ha dado la oportunidad de pelear. ¡Somos el único club exiliado de Occidente!

-¿Qué opinión le merece Gil?

-Un presidente como Dios manda. Un tipo sin pelos en la lengua. Del Atleti me quedo con la afición, la mejor del mundo.

-Un signo para la quiniela.

-Yo no pondría un 2. Pero hombre, de perder, que sea ante ellos. Me encantaría subir de la mano con el Atleti.