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Balonmano - Supercopa de Europa | Portland 20 - Magdeburg 21

Portland pierde en un polémico final

Reclamó defensa ilegal sobre Richardson en el último ataque.

DURA DEFENSA. Jovanovic se estrella contra un jugador alemán.
EFE

El Portland se dejó su título de campeón de la Supercopa de Europa en Kiel, y en la sexta edición el Magdeburgo alemán acabó con el monopolio hispano en esta competición que bendice al mejor entre los mejores. El equipo antoniano perdió por un gol (21-20), sin lanzar en el ataque final y, sobre todo, reclamando dos claras defensas antirreglamentarias sobre Richardson que habían evitado claras posiciones de gol del francés. Fue un final polémico aunque no es la primera vez en esta campaña que los de Zupo no saben manejar tres goles de renta.

Fue un partido tenso, de nervios, con dos equipos dispuestos a jugar largo y no soltar el brazo, con mucho control en la búsqueda de unas cuantas posiciones de clara ventaja. Los jugadores alemanes empezaron más entonados, con un Perunicic demoledor. El Portland, que tardó seis minutos en estrenarse, estaba ahí, hasta el punto de tener siempre a tiro a un rival muy desconfiado. Se jugaba al paso y apenas había contragolpes.

Las variantes del conjunto navarro en su primera línea, con cuatro hombres de ataques de altísimo nivel, pudieron darle la victoria al Portland, que mediado el segundo tiempo tenía encarrilado el partido. Con 12-15, sin embargo, los de Equisoain perdieron la concentración, regalaron opciones de sentenciar y alimentaron la moral del rival. Los navarros no levantarían cabeza. Devolvían gol a gol, pero sin la sensación de equipo superior, quizá porque Iakimovic acusa una lesión y sin él en forma se descompensa mucho el ataque navarro.

En los minutos decisivos, Jovanovic falló un par de ocasiones, y con Richardson los árbitros cerraron los ojos, a la vez que los abrían para sancionar al equipo español que en esta recta final jugaba cuatro minutos seguidos en inferioridad, claves para explicar el resultado y para que el inefable Kretszchmar, el de los mil tatuajes, al fin levantase el título que hace tanto tiempo perseguía la Bundesliga.