Eran las trece horas y trece minutos cuando los comisarios del último tramo del Tour de Córcega daban el banderazo de salida al Citroën Xsara número quince, con Chus Puras y Marc Martí a bordo. Poco antes de esa fatídica hora comenzaba a caer una gran tormenta. Los limpiaparabrisas no daban abasto y el cristal se empañaba impidiendo la visión. Pero nada pudo con los españoles, que por fin tocaron el cielo.

Después de haber liderado muchas veces pruebas del Mundial, y de haberse escapado los triunfos, ni el malaje de ese último tramo impidió a Puras y Martí lograr su gran objetivo. Desde el helicóptero Guy Frequelin, patrón de Citroën, le fue marcando las referencias por radio, hasta que el cántabro levantó el pie y llevó con más cautela el Xsara hasta el final.

Poco después, desde el podio del puerto de Ajaccio, la megafonía lanzaba el himno nacional hacia el Mediterráneo y Chus y Marc enfilaron sus chorros de champán hacia allí... Esperando que algo llegara a España. Es la 24ª ocasión en la que en un rally del Mundial se habla castellano. Las anteriores llegaron de mano de Sainz, pero ahora es Puras el que entra en el libro de oro de la especialidad. Fue un triunfo sin paliativos, dominando desde el segundo hasta el último tramo, y sin dejar que los los franceses Panizzi y Auriol le hicieran sombra.

Ya no quedan excusas para mantenerle el año que viene en el equipo, aunque Frequelin quiere hacer un programa de tierra con pilotos experimentados y a lo mejor no cuenta con él. De todas formas, no le faltarán ofertas.