Óscar Freire: "Voy a ganar la Copa del Mundo"

-No sé, lo que tengo claro es que el ciclismo no es sólo el Tour. En España tenemos el problema de que, por tradición, nos fijamos sobre todo en las grandes vueltas y no damos su valor real a las clásicas.

-Igual está cambiando un poco. Al no haber un superlíder para el Tour como era Indurain, la gente empieza a fijarse en el Mundial y en las clásicas gracias a que yo estoy respondiendo. La prueba está en los propios ciclistas españoles, porque otros años ninguno quería venir al Mundial, mientras que esta vez han estado todos los mejores.

-Sí, sé que he hecho historia. Con dos títulos mundiales, ya he logrado como ciclista más de lo que me podía imaginar cuando comencé. Aunque no consiguiera nada más, ya he sacado el sobresaliente en mi profesión, pero tengo 25 años y quiero más victorias. Acabo de empezar.

-La próxima temporada quiero hacer toda la Copa del Mundo. Conozco todas sus pruebas, menos la Lieja, y sé que puedo lograr buenos resultados. Mi objetivo es ganar esta competición alguna vez y espero que sea el año que viene.

-Bueno, si ya he ganado dos, también puedo hacerlo otras veces. Me han dicho que el circuito del próximo año, en Bélgica, es muy llano. Hay sprinters muy buenos en el pelotón, pero yo ya he ganado a todos.

-Prefiero la Copa del Mundo porque es un objetivo a mi alcance, mientras que en una gran vuelta aún no he demostrado que pueda ganarla.

-No creo. Los equipos españoles no dan ningún valor a las clásicas y creo que se equivocan, porque también son grandes carreras y muy publicitarias. Para fichar por uno de ellos, deberían ir a algo más que a retirarse en el avituallamiento. Por el contrario, el Mapei me ha enseñado a pensar como un ciclista extranjero en este tipo de carreras.

-No. He pasado muchos momentos malos, tanto en 1999 como al principio de esta temporada, pero los he superado pensando en positivo. Así he llegado hasta mi actual situación. He aprendido a convivir con mis dolores lumbares, porque ahora sé lo que tengo que hacer para que me permitan entrenar y competir.

-Aunque muchos no lo sepan, lo pasé peor durante el año que corrí con el maillot arcoiris, porque me veía con la presión y con la obligación de demostrar que no gané el Mundial de Verona por casualidad. Había firmado un buen contrato con el Mapei y tenía que responder a su confianza. No valían las excusas.