Casero: "Estoy mejor que nunca"

"Ataca ahora! ¡Venga! ¡Ataca ahora!". Ángel Casero oyó esta arenga de un aficionado a 5 km de la meta y saltó como un muelle. "No sé si ha sido casualidad o lo he hecho inconscientemente, pero al escuchar a este hincha decidí probar a Sevilla", cuenta Casero. Tres mil metros después, volvió a oír otros dos gritos: "¡Vamos, papá!" "Venga, Ángel". Eran su hijo, Álvaro, y su mujer, Ana, que se habían desplazado hasta Aitana para apoyarle. Ahí echó el resto.

Casero corría en casa y no defraudó a su hinchada. "No había sido capaz de atacar en la montaña en toda mi carrera de profesional, pero en esta Vuelta me estoy sintiendo mejor que nunca y ya llevo dos etapas seguidas demarrando a mis rivales. Lo hice en Pal y ahora también en Aitana. Podré ganar la carrera o perderla, pero este detalle es importantísimo para mí", explicó el valenciano.

El líder del Festina era un corredor prometedor desde que ganó el Tour del Porvenir en 1994, pero nunca había conseguido explotar plenamente sus cualidades. Tras terminar segundo en la pasada edición, el valenciano parece haber experimentado esa metamorfosis que diferencia a un campeón de un buen corredor. Casero está en plena madurez.

Dos datos confirman su transformación. Por un lado, su inteligencia en carrera: "Oí a Sevilla que le dijo a Pipe Gómez que bajara el ritmo y deduje que no iba bien. Ahí fue cuando pusimos a David Plaza a trabajar, para seguir desgastando al líder y después atacarle".

Y por otro, su adaptación a la montaña: "Para mí siempre había sido inimaginable estar junto a los escaladores como ayer".