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Polideportivo | Boxeo

Aghata, árbitro y boxeadora

"De momento no he tenido que utilizar los puños fuera del cuadrilátero, ni en la cancha ni en la calle" asegura Aghata

Actualizado a
PÚGIL Y ÁRBITRO. Aghata, animada por su novio, se metió en el boxeo con el único objetivo de entrenarse, pero el gusanillo le hizo subirse al ring. Lo que más le gusta del arbitraje "es la responsabilidad".
ANDRÉS GARCÍA

Si no lo remedia alguna compañera, por ahora anónima, el caso de Aghata Gracia es uno de los más singulares entre las mujeres del deporte español. Hasta los 21 años fue jugadora de balonmano, que compaginaba con el arbitraje, pero dejó de jugar "porque tenía aspiraciones como árbitro", y ahora, a los 28, acaba de ascender a División de Honor B. Lo extraordinario es que esta barcelonesa compagina su afición con otra un poco más dura: es una de las pocas boxeadoras españolas, y se queja de que no hay veladas donde competir. Su balance en el ring son cinco combates (cuatro triunfos y uno nulo).

"Al boxeo llegué de manera tangencial y fue simplemente para complementar mis entrenamientos de cara al arbitraje, porque ya practicaba artes marciales. Fue mi novio quien me incitó a boxear, no para competir, sino para aliviar la tensión. Lo hice, me fue bien, y ahora, cuando puedo, me subo al ring", señala orgullosa. Dice que es imposible vivir del deporte de manera profesional. "Con el boxeo pierdes dinero, porque además de pagar el gimnasio cuando tienes una pelea, también cuidas tu imagen: los rayos uva, y cosas así. Con el balonmano, pues casi lo mismo. De lo que realmente vivo es de la informática".

Fuera del gimnasio jamás ha tenido que enseñarle los puños a nadie: "Quizá, si tuviese que hacerlo, no supiera". En el balonmano, a día de hoy, ni un problema: "Los jugadores van a lo suyo y no se fijan en que eres mujer, al menos durante los partidos. De vez en cuando oyes alguna burrada, pero eso siempre procede de la grada. En la calle, por suerte, jamás he tenido problemas".

Ligones

A Aghata Gracia le gusta el arbitraje "por la enorme responsabilidad que tiene" y el boxeo "por el alivio físico que te produce pegarle cuatro puñetazos bien dados al saco de entrenamiento".

¿Su condición de árbitro y boxeadora espanta a los galanes? No, ella dice que en el balonmano los que ligan son los jugadores y las jugadoras, y que los árbitros son más discretos en este sentido. A fin de cuentas, Aghata no está preocupada por intimar absolutamente con nadie: "Me conformo con mi pareja".