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Ciclismo | Jazztel

El ciclista que no llega a fin de mes

Carlos Golbano (Jazztel) es uno de los muchos corredores que percibe el sueldo mínimo: "Sigo porque no sé hacer otra cosa; no da ni para ir al cine".

Actualizado a
APOYO MORAL. Carlos Golbano asegura que no le merece la pena continuar; sólo los ánimos de su novia le hacen seguir en la carretera.
JESÚS RUBIO

Carlos Golbano es un profesional del ciclismo que defiende el maillot del Jazztel-Costa de Almería. Su historia ofrece la otra cara de este deporte que mueve tanto dinero, sobre todo en las grandes vueltas. Golbano cobra el sueldo mínimo para un ciclista: cuatro millones de pesetas brutos al año. ¡No está mal!, diría más de uno. Tendría razón si hablásemos de cualquier trabajo urbano, pero como comenta el propio Golbano, se levanta "sano" y llega a la línea de meta "enfermo". "Eso no se paga con dinero y a mí no me alcanza para nada". ¿Miserias de pedalista? No, realidades. "A mí no me merece la pena continuar. Sólo lo hago porque mi novia me anima a seguir. A lo mejor sigo porque no sé hacer otra cosa...".

Su sueldo no le permite ningún tipo de alardes: "En los tres años que llevo corriendo en la élite no he podido ahorrar ni para pagar la entrada de un piso". Carlos tiene asumido que el día en que contraiga matrimonio lo hará sabiendo que no tendrá dinero "ni para ir los domingos al cine".

Futuro desolador

El futuro no se presenta mucho mejor para el ciclista del Jazztel-Costa de Almería. "No me puedo marcar objetivos en mi vida privada, y mucho menos a largo plazo. En mi profesión, si no estás centrado en todo momento, te echan a la calle. ¡Sólo me faltaría eso!", se lamenta el corredor almeriense, que todavía no ha conseguido estrenar su casillero de victorias desde que debutó en el ciclismo profesional en 1999, en las filas del equipo Amica Chips. Golbano es un cazador de premios: "Este año me llevé las metas volantes de la Volta a Catalunya, pero no pienso en el dinero. De hecho, todavía me deben los premios de la temporada pasada".

En definitiva, Carlos Golbano es sólo uno de los muchos valientes de la carretera que desafían constantemente a su cuerpo para poder sobrevivir un día tras otro. "En estos momentos soy autosuficiente, pero a la mínima que me desmadrase un poquito todo se iría al garete". Virgencita, virgencita, que me quede como estoy.