"He perdido la etapa por sólo dos pedaladas"

Santi Botero perdió la contrarreloj de la forma más dolorosa: en el último suspiro y por un solo segundo. Pero se lo tomó con resignación: "En lugar de hundirme, mi actuación debe darme moral para la Vuelta".

- ¡Vaya palo! ¿No?

- Un poco sí, claro, porque siempre te da mucha lástima perder una contrarreloj por un solo segundo. Sin embargo, prefiero tomármelo con deportividad y sacar conclusiones positivas, como que el equipo Kelme ha empezado muy bien la Vuelta y ya estamos dando espectáculo.

- Pero un segundo no es nada.

- Me he visto privado de la victoria y del primer maillot amarillo de la Vuelta por un suspiro. Si te pones a pensar, ese tiempo lo ganas arriesgando un poco en una curva o apretando un poco más en el sprint. Realmente, se puede decir que he perdido por dos pedaladas.

- ¿Dónde ha visto el final de David Millar?

- Estaba viéndolo por la televisión en el autobús del equipo. Ha sido increíble. Cuando Millar estaba en la recta final, todos estábamos muy tensos, como si estuviéramos dando pedaladas, pero hacia atrás. Me hubiera dolido muchísimo menos haber perdido por 20 o 30 segundos.

- ¿Se siente hundido?

- Prefiero pensar más en los aspectos favorables. En este sentido, mi actuación me da mucha moral. Hubiera sido bonito para el equipo haber comenzado con el maillot amarillo, pero no vamos a derrotarnos.

- Usted había dicho el día anterior que su preparación iba más encaminada a la montaña. ¿Nos engañó?

- No, eso es cierto. He hecho una preparación para estar bien en la montaña y espero obtener resultados. En la contrarreloj he estado mejor de lo que me esperaba.

- ¿Cuál es su objetivo en la Vuelta? ¿El triunfo final?

- El objetivo del Kelme es seguir siendo fiel a nuestra filosofía de dar espectáculo. Para eso estamos dos líderes, Óscar Sevilla y yo. Ninguno de los dos tiene más galones que el otro y vamos a luchar juntos para conseguir el máximo.

- ¿Pero puede usted ganar la Vuelta?

- Seguro que a Lucho Herrera no se le pasó por la cabeza que podía ganar la Vuelta, pero lo consiguió. Nosotros también podemos. No es fácil, pero tampoco imposible.