Japón decide invertir en las ligas españolas

El balonmano asiático se reduce a Corea del Sur, donde prendió gracias a la organización de los Juegos Olímpicos, y desde entonces aparecen en los Mundiales e, incluso, exportan a sus figuras a las competiciones europeas. El dominio coreano, tan suficiente, no será permanente: Japón ha decidido aumentar su potencial a medio plazo, y ser un digno rival para los coreanos.

Como Japón tiene su manera especial de apreciar la manera de mejorar, más que importar entrenadores para sus equipos ha dado un primer paso inverso: exportar a sus mejores jugadores jóvenes para que les entrenen en el extranjero, y para que ellos se curtan contra rivales superiores. Si esos talentos por formar cuajan, teóricamente regresarán al Imperio del Sol Naciente preparados para ser el espejo para otros jóvenes.

Decidida la formula, Japón encontró el lugar para ponerla en marcha: acuerdo con la Federación Catalana y envío de seis jugadores al CAR de Barcelona a las órdenes de un entrenador de postín, Manuel Montaya.

Uchiro, en la Asobal. En pura teoría, esa avanzadilla tendría que retornar a su país una vez aprendidos los fundamentos técnicos y tácticos del juego, además de un castellano incipiente de cursillo acelerado. Pero Japón quiere más, y sus chicos se quedan para jugar en el grupo catalán de Primera División, en el Barcelona B, en el Sabadell, en el San Esteban...y en el Granollers, aunque el equipo vallesano ha dado la sorpresa al enviar a Takeshi Uchida con el primer equipo.

Uchida, extremo zurdo (su competencia son dos juveniles), rápido, peleón y muy barato, puede convertirse en uno de los refuerzos del conjunto en la Asobal, esta temporada que el cuadro catalán ha perdido a Kim, su exótico coreano.