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Polideportivo | De héroe a villano

Almonte conmociona a los Estados Unidos

La falsificación de su edad ha sido comentada por Bush.

Actualizado a
Danny Almonte.
AP

Los técnicos se frotaban los ojos y la afición neoyorquina no hablaba de otra maravilla que no fuese la calidad y la velocidad del nuevo ídolo surgido en la Pequeña Liga del Bronx. Un tal Danny Almonte, dominicano, capaz de lanzar a una velocidad de 120 km/h, firmaba un juego perfecto (nadie llegaba a la primera base en todo el partido), lo que no ocurría desde 1957.

Danny es más que una joya, más que un tesoro deportivo. Estábamos ante el primer super clase del siglo XXI, un superdotado, hasta que las noticias que llegaron de Santo Domingo destrozaron la historia: Danny, oficialmente, ha nacido en 1987; es decir, jugaba irregularmente en la Liga, reservada a los menores de 12 años.

No había duda. El registro oficial es decisivo, y la noticia ha conmocionado a la afición estadounidense que ahora no sabe dónde colocar al muchacho. De entrada, su equipo ha sido suspendido a perpetuidad y sus marcas anuladas de inmediato. El escándalo incluso ha merecido la atención del propio presidente de los Estados Unidos, ya que en un comunicado de la Casa Blanca George Bush no culpa al chaval: "Aunque tenga catorce años, yo admiro su recta, su curva y su forma de entender el juego. Otros son los culpables de esa falsificación".

Historia de cine

De entrada, Inmigración está buscando al padre de Danny porque ya le ha expirado el visado con que entró en los Estados Unidos por un año; y por otro, se le busca porque no ha escolarizado a su hijo, y en Estados Unidos es obligatorio hasta los 17 años.

En la situación de auténtica confusión inicial, los padres del muchacho mantenían que sí tenía doce años, pero cuando en la República Dominicana han autentificado su edad, han desaparecido de la escena. Lo más curioso del caso es que el asunto de Almonte no acabará en el cine por ahora: Grisham y Wilson, autor y director, ya se habían adelantando al rodar durante varios meses una historia parecida, de un padre que busca el triunfo de su hijo falsificando la edad. La realidad, una vez más, ha superado a la ficción.