Robredo y Costa, contra los elementos

Hace menos de un año, Robredo y Roddick jugaban los Grand Slam en categoría júnior. El español llegó a la final de Roland Garros y el americano ganó el Abierto de Australia y el US Open, lo que le convirtió en el mejor tenista joven del mundo.

Pero no todos los niños prodigio tienen el éxito asegurado. El único español campeón del mundo júnior fue Javier Sánchez Vicario (1986), imaginen. Y es que en 22 años de palmarés júnior sólo hay dos superestrellas: Lendl (1978) y Edberg (1983). A ellos se unirá Roddick.

Por eso, una victoria de Robredo en octavos tendría un valor incalculable, más allá del US Open. Ambos tienen 19 años y sólo se han enfrentado una vez. Fue en Melbourne en categoría júnior y ganó Robredo. Pero esta será otra historia. Roddick es una mula capaz de sacar a 220 km/h (logró 16 aces ante Corretja) y con un drive parecido al de Ferrero. Robredo, que hasta el domingo no había jugado un partido a cinco sets, opondrá un tenis variadísimo y mucha confianza: "Si juego bien puedo hasta ganar el torneo".

Y si difícil lo tendrá Ferrero, lo de Albert Costa ante Kuerten será un poco más difícil que abrir el Mar Rojo para que pase el pueblo de Israel. Además de ser el mejor tenista del mundo, el brasileño tiene suerte. Mucha. En tercera ronda remontó dos sets en contra ante Mirnyi y se hizo con el partido. Recuerden que en Roland Garros salvó un match-ball en octavos de final y luego fue campeón.

Pero Albert Costa tiene algo de esos talentos sin espoleta que cualquier día la arman. Sólo queda saber si Moisés, antes del Mar Rojo, era también así, un poco como Chava Jiménez.