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ATLETISMO

Recibida como una campeona

"¿Viene hoy algún famoso a Madrid?", se preguntaba un grupo de jóvenes ayer en el aeropuerto de Barajas. El asombro estaba justificado porque al filo de las 18:45 la sala 2 de llegadas internacionales se convirtió en la auténtica locura. La ocasión lo merecía.

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Recibida como una campeona
CHEMA DÍAZ

En el vuelo procedente de Londres llegaba la última expedición de atletas españoles que han participado en los Mundiales de Edmonton, entre ellos Marta Domínguez, plata en 5.000, y ayer la reina de la delegación nacional.

No faltaba de nada. Ramos de flores, pancartas y hasta una banda de dulzaineiros de Palencia, su ciudad natal, que amenizaron la fiesta en su honor. Dentro, en la sala de recogida de equipajes, Marta iniciaba su reencuentro con sus seres queridos. Al primero al que saludó fue a su novio Diego, que lejos de los flashes, pudo darle un fuerte beso: "No había hablado con ella desde que ganó la medalla. Como en la tarjeta que compró apenas le quedaba crédito justo me dio tiempo para darle la enhorabuena".

Cuando se abrieron las puertas y salió Marta fue la explosión. Allí estaban sus padres, sus hermanos, sus abuelos, sus tíos, sus sobrinos, sus vecinos de Palencia, sus seguidores y un gran número de periodistas. Marta no daba abasto. Besos, fotos, preguntas, autógrafos... Y lejos de encontrarse agobiada -tuvieron que intervenir en varias ocasiones los agentes de seguridad del aeropuerto- Marta ofreció las mejores de sus sonrisas. Algunas jóvenes seguidoras afirmaron: "Viendo esto, no sé si quiero ser famosa". Seguro que Marta no pensó lo mismo.