Zapata, Peleteiro y “una señal” para la final de suelo

Ray Zapata, el genio alegre, visitaba hace poco a su colega Ana Peleteiro en casa de la saltadora (son íntimos desde que coincidieron en la Blume de Madrid) y cayeron en que la final de suelo y la de triple eran el mismo día, el 3 de agosto. Igual que aquel 1 de agosto en el que él se colgó la plata y ella el bronce en Tokio. “Yo soy de buscar señales, y esa es una de que puede volver a ocurrir. Todo sigue su curso exacto”, advierte el gimnasta de origen dominicano, que este sábado sale con la tercera mejor nota (14.600) al tapiz para la final (15:30 horas).

Ray (31 años) no ha registrado grandes resultados individuales en el ciclo, más centrado en la clasificación del equipo, que al final no alcanzó la final. Pero advierte: “No soy ningún novato. Llevo mucho tiempo dando saltos y el cuerpo tiene memoria muscular. Los saltos salen naturales y debo estar tranquilo. Hay que confiar en que se puede, aunque la gente no lo crea”. No en vano, tiene dos saltos bautizados con su nombre, el Zapata I y el Zapata II.

Ray tendrá oportunidad de venganza con el israelí Artem Dolgopyat, campeón en Tokio con la misma puntuación que el español, pero con una décima más en el grado de dificultad, lo que decidió. También será duro el chino Xiao Ruoteng, campeón mundial en 2023.