Una pócima de juventud y veteranía contra dos monstruos
Daniela Álvarez y Tania Moreno, de 22 años, y Pablo Herrera y Adrián Gavira, 42 y 36, disputan este miércoles sus cuartos, contra Canadá y Noruega.
Nunca antes una dupla femenina del vóley playa español había estado en los cuartos de final de unos Juegos Olímpicos. Nunca antes, obviamente, había estado en semejantes cotas al mismo tiempo que una dupla masculina. Este miércoles, Daniela Álvarez y Tania Moreno, de 22 años ambas y en su primera experiencia olímpica, por un lado, y Pablo Herrera y Adrián Gavira, 42 primaveras y seis Juegos el primero, 36 y cuatro el segundo, por el otro, explorarán territorio desconocido. Las primeras, a las 17:00, se medirán con las canadienses Melissa Humana-Paredes y Brandie Wilkerson, quintas en Tokio y una de las parejas más exitosas en el circuito internacional; los segundos, a las 21:00, se verán las caras con los vigentes campeones olímpicos, los noruegos Anders Mol y Christian Sorum. Dos ogros. Dos oportunidades únicas.
El miedo no existe en ninguna de las dos parejas. Ellos, que nunca habían llegado tan lejos como equipo después de 16 temporadas, cuentan con la veteranía como argumento; ellas, que ya están en la primera página de la historia del vóley playa español, se agarran al inconsciente optimismo de la juventud. Ambas fórmulas son válidas. “Es histórico y estamos aquí para seguir haciendo historia. No nos conformamos. Seguro que los chicos saben que tienen la misma oportunidad que nosotras para acercarnos a esas medallas. Tengo muy claro que ambos vamos a luchar por estar en el pódium”, expresó una eufórica Daniela después de superar su duelo de octavos. “A priori, debe ganar Noruega. Son los favoritos. No solo para ganar este partido, sino que para ganar el torneo junto con Suecia, pero estos son los Juegos y nosotros nos encontramos bien”, había dicho antes un Herrera más contenido, pero igualmente ilusionado.
¿El último baile?
El caso de Pablo Herrera es muy especial. El jugador castellonense, este martes, podría jugar su último partido como olímpico. Una derrota contra Noruega, esa gigante que él mismo señala como favorito, supondría el adiós a los Juegos de un deportista que, en Atenas 2004, fue plata al lado de Javier Bosma. Después de París, Herrera jugará algunos partidos más, pero ya a modo de despedida definitiva. “Recuerdo que en Atenas le decía a Mariano Baracetti (exjugador argentino que ahora es el entrenador de Qatar): ‘Tanto viaje, mucho tiempo fuera de casa con lo casero que soy... yo antes de los 30 me estoy dedicando a otra cosa’. Y fíjate dónde estoy con 42, disfrutando los sextos Juegos”, decía en AS antes de empezar su camino en París. De momento, y pese a que puede que las gradas estén preparadas para una despedida a la altura, sigue en pie. Y más arriba que nunca desde esa medalla con la que vuelve a soñar.