Los secretos tras la medalla ‘canaria’ de los Juegos
Viviana Marton, oro con Hungría que celebró con la bandera de las islas, y su entrenadora, Suvi Mikkonen, haban con AS después del ‘boom’.
Fue una de las imágenes de los Juegos Olímpicos de París. Nada más ganar a la serbia Aleksandra Perisic, Viviana Marton, tras recorrerse el tapiz con los colores de Hungría, el país por el que competía y del que son sus padres, cogió una bandera de Canarias y la ondeó orgullosa, en honor a sus orígenes. “Me la guardé en la mochila por si pasaba... y pasó”, dice a AS algo más calmada, con algunos días para asimilar tanto su oro como el boom que generó su celebración. “Para mí, Canarias es donde nací y donde crecí. Es una parte muy importante para mí. Un pedacito de esa medalla es de Canarias y de España”, ratifica la taekwondista, acompañada de su entrenadora, la finlandesa Suvi Mikkonen, que vivió el día “como una película”.
“Todo iba rodado, como que las estrellas se habían alienado y todo salía. Fue mágico”, recuerda Mikkonen, que fue olímpica en Río 2016 y que dirige el gimnasio Hankuk, en San Sebastián de los Reyes, al lado de Jesús Ramal, entrenador de Adriana Cerezo. “Habíamos estado hablando mucho estos días de que tenía que disfrutar. Vimos que, en otro combates, los que perdían solían ser los que se tensaban y perdían la energía muy rápido. Cuando vi cómo salió al primer combate, con cara de disfrutar y relajada, ya pensé que la iba a liar. A los periodistas de Hungría, ya se lo advertí tras el debut. Dejó claro desde el principio que había nacido para momentos como ese”, explica.
Viviana, como su hermana gemela Luana, campeona del mundo el año pasado, conocidas como las Golden Twins, nació y creció en Tenerife hasta los 12 años. Entonces, y después de que Ramal y Mikkonen detectaran su talento durante un seminario en la isla, se mudaron a Madrid para empezar a trabajar bajo sus órdenes. Como cuando Suvi se preparó para Río, y como cuando Adriana cocinó su plata en Tokio, la última concentración antes de París la realizaron en tierras tinerfeñas. Una tradición que funciona. “Es nuestro sitio mágico. Nos sentimos en casa. Con el tema de la bandera, Vivi se saltó todos los protocolos y quiso dar un pequeño homenaje a Canarias. Fue solamente un detalle, no buscábamos nada, pero le salió del corazón”, dice la entrenadora.
“No nos han rechazado de ningún sitio”
Pese a su fuerte vínculo con España, tanto Viviana como Luana empezaron a competir por Hungría desde el principio. Como las cosas funcionaron, nunca se plantearon la posibilidad de cambiar. “Ellas nacieron en Tenerife, pero sus padres decidieron sacarles el pasaporte húngaro. Empezaron su carrera deportiva con Hungría y, como las cosas empezaron a salir bien, rodadas, decidimos seguir por ese camino”, explica Mikkonen, que sale al paso tras varias informaciones de los últimos días. “Nunca ha habido ningún problema con nadie ni nos han rechazado en ningún sitio, como se ha escuchado por ahí. Siempre han recibido el cariño de todas las Federaciones en las que han estado. Ahora en Madrid, antes en Castilla-La Mancha y antes en Canarias”, agradece. Los secretos de un oro húngaro con pedacitos de España.