Sin dudas con Lorenzo
Pese a su mal día contra Australia, los técnicos tienen confianza absoluta en ver contra Grecia al base brillante de la fase final del Eurobasket de Berlín. Su familia, con su hijo recién nacido, le acompaña estos días en Lille, señal de su implicación con el grupo.
Acostumbrados a verlo funcionar como un reloj suizo en la memorable fase final del Eurobasket de Berlín en 2022, se hizo raro ver a Lorenzo Brown en su estreno en unos Juegos Olímpicos. Menos fino de lo habitual desde el principio, cuando un tiro a tabla cercanísimo se le salió casi desde dentro, le fue perdiendo el hilo al partido hasta acabar con unos números desconocidos y un -18 de España con él en pista. Australia le planteó, con Josh Green y Dyson Daniels al mando, una defensa intensísima, metiendo las manos en el bote del base de Roswell. Incómodo, terminó el partido decepcionado, como el resto del vestuario. Pero también con la mirada puesta hacia delante. Aún no se perdió nada; y el base, como la Selección, tienen la piel dura en estos escenarios.
No existen dudas sobre Lorenzo Brown. Sólo hacen falta repasar sus números en los partidos de cruces del último Eurobasket para confirmar que es un jugador fiable: 29 puntos y seis asistencias contra Lituania, en un partido en el que jugó una prórroga memorable; 14+11 contra Finlandia en cuartos; 28 puntos y ocho asistencias en la semifinal contra Alemania. Y, finalmente, 14+11 en la final contra Francia. No sólo fue el jugador más importante de la Selección en el éxito, con unos números globales de 15,2 puntos y 7,6 asistencias. También fue la llave para que Willy fuese nombrado MVP del torneo.
Lorenzo ya dio síntomas en Alemania de un compromiso inequívoco. Más allá de sus esfuerzos por integrarse en el idioma (pidió un profesor de castellano), jugó el Eurobasket con molestias serias en uno de sus hombros y forzó. El día antes de la final contra Francia, además, se sintió indispuesto. Pasó una noche complicada, con indisposición y algo de fiebre, pero salió y rindió. Este no era un verano fácil para él. Además de los problemas que han rodeado su temporada en el Maccabi por la invasión de Israel en Gaza después de los atentados de Hamás en el festival de música Tribe of Nova, que obligaron a trasladarse a Belgrado para los partidos en la Euroliga, en mayo nació su primer hijo. Lorenzo no sólo ha querido estar en los Juegos, sino que ha traído a su familia, bebé incluido, para que disfruten de la experiencia pese a los problemas logísticos que suele tener vivir en la Villa, distinto a las concentraciones en campeonatos habituales. El nuevo base del Panathinaikos sufrió un pequeño contratiempo en el amistoso contra Argentina en Guadalajara, pero se sintió a tope en el Wizink antes de volar hacia Lille. Después de su mal día contra Australia, su obsesión es que los Juegos descubran al verdadero Lorenzo este martes contra Grecia.