PARÍS 2024 | GIMNASIA ARTÍSTICA
Simplemente Simone Biles
El prodigio da una exhibición en los clasificatorios ante un Bercy Arena abarrotado y entregado, y estará en cinco finales... y es primera reserva en asimétricas.
El fenómeno Simone Biles (27 años) aterrizó en el Bercy Arena de París. Colas en la calle, fotos de la GOAT (la más grande de todos los tiempos) de 142 centímetros y 37 medallas entre Juegos (4 oros) y Mundiales (23); expectación máxima con famosos presentes como Tom Cruise, Ariana Grande, Antoine Griezmann, Cynthia Erivo, Lindsey Vonn o Snoop Dogg; banderas de las barras y estrellas y gritos de ‘U, S, A’; grada de medios de comunicación sin un sitio libre desde más de una antes de la actuación del equipo norteamericano; ausencia de la hoja informativa de la subdivisión 2 (la de Biles) en la sala de Prensa... Simone y su recuperada sonrisa no es únicamente una de las mejores deportistas de la historia, también es un mito social que ha peleado contra el abuso a las mujeres, que ella mismo sufrió, o la exposición de la necesidad de incidir en la salud mental, que también ha vivido en primera persona.
El prodigio de Ohio bostezaba con las piernas colgando del suelo en un banco en la zona de salida de gimnastas cuando los speakers anunciaron a EE UU. Biles saltó de su asiento y entró junto a sus compañeras Sunisa Lee, Jordan Chiles, Jade Carey y Hezly Rivera. Su nombre sonó por los altavoces en la presentación y la ovación fue atronadora. Doble de decibelios que, el ya de por sí, muy sonoro recibimiento a otra estrella como Lee. La barra de equilibrio era el primer aparato en el camino para encontrar plaza en las finales de París 2024.
¿Qué pasó? Que Biles demostró que es la mejor Simone que ha existido, pese a molestias en la pantorrilla izquierda por la que fue vendad. Se ha quitado ese lastre mental que le hacía sentir que tenía el peso del mundo sobre sus hombros. “La gente te pone en un pedestal, pero yo sólo quiero ser humana”. Su enorme sonrisa al recibir la nota de 14.713 denota que se siente feliz de nuevo y que pese a su condición de mortal es la GOAT (la más grande de todos los tiempos), el mito que perdurará en el recuerdo mientras la sociedad se siga comunicando y exista la gimnasia artística. El suelo era el siguiente desafío, un tapiz que Biles domina como un bebé su chupete. No salió satisfecha completamente, pero su 14.600 era más que suficiente para ser la mejor y certificar la presencia en la final del suelo.
El potro era el siguiente destino. 15.800 y se convertía en la primera mujer en la historia en hacer un triple flip en competición. Su salida no salió clavada y Biles, que podía repetir el intento, no lo dudó. Final similar para un 14.800. Tocaba hacer media. 15.300 para ella en el potro. Pese a eso fue la mejor de todas en ese aparato con diferencia. Turno final para las barras asimétricas, su aparato más débil, el desempeño más humano de su programa. Su ejercicio fue preciso y precioso, pese a no estrenar por el momento la sexta figura acrobática que llevará su nombre, pero el 14.433 que le dieron los jueces no le vale para estar en esa final... aunque es la primera reserva al acabar novena en el agregado.
Biles estará en cinco finales: tres aparatos (suelo, salto y barra de equilibrio), el concurso completo y por equipos. Fue la mejor entre las 94 gimnastas (casi dos puntos por delante de la brasileña Rebeca Andrade) y obtuvo la mejor nota en dos de los cuatro aparatos, además de llevar a EE UU a liderar por países. A partir del martes (final por equipos) empezará a colgarse medallas... siempre y cuando su tobillo esté en condiciones óptimas. El jueves 1 será el all around y del 3 al 5 las finales por aparatos. Peleas por medallas a las que no pudieron acceder ni Ana Pérez, ni Laura Casabuena, ni Alba Petisco.