Récord de Weiler, triunfo familiar de Carrasco y ‘burrada’ de Garach
La nadadora de Virginia Tech rebaja su propia plusmarca en 100 espalda (59.57), la catalana supera la posición de su padre en Sidney 2000 y el granadino logra su mejor marca personal.
Tres estrenos olímpicos de nadadoras y nadadores españoles aportó la sesión matinal de la natación este lunes en los Juegos Olímpicos de París 2024. Y todos, con una bonita intrahistoria detrás. El más llamativo, desde el punto de vista de la competición, es el récord de España de Carmen Weiler en los 100 metros espalda, que le procura un puesto en las semifinales de este lunes (21:00), compartiendo protagonismo con la final en la misma distancia de Hugo González (21:19). Pero Emma Carrasco y Carlos Garach también ganaron a su manera.
Por la calle 8, la misma en la que nadará Hugo, se produjo este lunes por la mañana el debut olímpico de una Carrasco que a sus 18 años ha conseguido emular a su padre, Jordi Carrasco, participante en los Juegos de Sidney -fue decimotercero en los 200 estilos-, y continuar con toda una saga de nadadores (también su abuelo, madre, hermano, prima…).
Pero la ilerdense construye su propia historia, como dejó claro en su entrevista con AS, y en su estreno a punto estuvo de meterse ya en su primera final, los 400 estilos, de no ser por un tramo final libre en el que languideció. “Las piernas me ardían, me ha costado después de un primer 300 muy bueno. En el crol tengo margen de mejora”. Porque Carrasco marchaba tercera a falta del último hectómetro (3:33.72), gracias a una imponente braza en la que se superó a sí misma -había sido cuarta en el tramo de mariposa y quinta al acabar la espalda- y a todas sus rivales. “Desde febrero no nadaba los 400 estilos, no tenía muchas referencias cerca, así que me he tirado a disfrutar”, aclaraba, tras una primavera convulsa por problemas de salud.
No pudo ser en esta ocasión, a la espera del 200 estilos, pero de entrada ya es más que meritoria la decimosegunda posición final en estos Juegos… Y, aunque son distancias distintas, lo ha hecho por delante de su padre. “Sí, es verdad que he quedado decimosegunda y él hizo decimotercero, pero en esta carrera yo venía con el decimoquinto tiempo y con eso me quedo”, comentó. “Estaba toda mi familia en la grada animando a tope”, apostillaba. Y mucho más cerca, en la misma serie, tuvo en el agua a Summer McIntosh, tercera en el cómputo global (4:37.35), que nadará las semifinales este lunes a las 20:30: “Es una pasada. Es una gran referente para mí y a nivel mundial. Ha sido un placer compartir esta prueba con ella”.
Sin tiempo para digerirlo, en una sesión matinal breve pero con participación española en todas las pruebas, fue otra joven debutante, Carmen Weiler, quien a sus 19 años rebajaba su propio récord de España en los 100 espalda, que en los Trials de Palma de Mallorca había situado en 59.65 el pasado 18 de junio. Ocho centésimas se arañó a sí misma, con una nueva plusmarca de 59.57, la nadadora criada en Singapur y que se entrena en el equipo estadounidense de Virginia Tech a las órdenes de Sergi López. Y que no concedió declaraciones porque debía recuperar.
Habrá que intuir que estará contenta porque el récord estatal le valió para ser la tercera en su serie y, sobre todo, para meterse en las semifinales de este lunes a las 21:00. Y lo hizo con el octavo mejor tiempo, por lo que si fuera de clasificación directa estaría en la final. Las mejores fueron las estadounidenses Katharine Berkoff (57.99) y Regan Smith (58.45), seguida muy de cerca por Kaylee McKeown (58.48).
Cerraban las series matinales los 800 libres masculinos, estrenados por Carlos Garach, 20 años y, por supuesto, también en su debut olímpico. “Para ser la primera toma de contacto en unos Juegos estoy muy contento por haber hecho mi mejor marca, aunque he fallado en algunas cosas que debo mejorar en vistas al 1.500, concentrándome primero en el 4x200 del martes”. Convencido de que puede bajar de 7:50, el granadino fijó su mejor marca personal en 7:50.05, prácticamente medio segundo del tiempo que logró en los Mundiales de febrero en Doha. Y acabó decimoctavo, en una prueba que dominó Daniel Wiffen (7:41.53). La final, el martes a las 21:02.
“Ya la presión está fuera. La piscina es normal y corriente. Lo único que cambia es el estadio, la gente y demás. Debo aprender a separar la competición del ambiente, es algo que se aprende con los años. Esta es mi competición más importante, aunque he ido a muchos Mundiales y Europeos, y sé qué hacer para calmar los nervios”, aseguró Garach, quien añadió: “Es una burrada la cantidad de gente (17.000 es el aforo de La Défense Arena), normalmente estoy acostumbrado a nadar con unas 6.000 personas en campeonatos internacionales”.
Y su participación en París no ha hecho más que empezar: le quedan relevos, el 1.500 libres y la maratón acuática. “No me estoy fijando mucho, pero ya veremos el día de la competición si se puede nadar bien o qué soluciones nos dan”, dijo, sobre los problemas que está presentando el río Sena, escenario de esos diez kilómetros en aguas abiertas del próximo 8 y 9 de agosto.
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