“¡Qué vergüenza! Perder en primera y venía a por medalla...”
Lucía Martín-Portugués, número cuatro del mundo, cae en primera ronda de los Juegos y hace autocrítica. Carlos Llavador se queda en octavos.
La esgrima española seguirá con su actual presidente, José Luis Abajo, ‘Pirri’, como único medallista olímpico, con su bronce en Pekín 2008 brillando en solitario. Este lunes, ni Carlos Llavador, que cayó en octavos, ni Lucía Martín-Portugués, que cedió en primera ronda, se pudieron unir a la lista. El primero, floretista, que llegó a los Juegos de París de forma inesperada, una vez cerrado el ranking olímpico, fue eliminado por el egipcio Mohamed Hamza, número tres del mundo, con un 15-12; la segunda, que era una de las candidatas a los metales, cuarta del ranking mundial, no pudo pasar de la primera ronda, en la que se topó con la húngara Anna Marton (47ª), vencedora por 8-15. Un palo muy duro. Sobre todo, para la sablista, siempre expresiva y clara, que hizo autocrítica después de derrumbarse entre lágrimas.
“¡Qué vergüenza! Perder en primera y venía a por medalla...”, lamentaba mientras intentaba explicarse qué había pasado en el Grand Palais parisino, un escenario de película que terminó acogiendo un drama. “Estoy bastante decepcionada. Veía posibilidades de ganar o caer en segunda ronda. Es una decepción muy grande conmigo, con mi entrenador, con mi equipo de trabajo... La húngara ha aprovechado todos mis defectos a su favor. No todos los días se puede dar la misma versión en la pista. Era una rival muy fuerte y el tablón me ha perjudicado en lo que es el sorteo. No es una excusa. Yo no he estado al nivel de lo que el asalto requería y me voy a mi casa con una derrota”, desarrolló luego Martín-Portugués, algo más calmada.
Tras las palabras de Lucía, resignadas y dolorosas, se escondía un camino complicado hasta París, donde debutada en unos Juegos con 33 años. Después de “picar mucha piedra”, vio llegar la oportunidad y se le escapó mucho antes de lo esperado. “Me he roto muchas veces. Me decían que era mala, que ya era mayor para la esgrima, que tenía que elegir entre la Odontología (sus estudios) y el deporte...”, explicaba a este periódico antes de volar a tierras francesas. Tras toda una vida remando a contracorriente, con ‘insiste, resiste y persiste’ como lema vital, logró una clasificación histórica para la esgrima nacional, siendo la primera representante femenina desde su compañera y amiga Araceli Navarro, que participó en Pekín 2008. Desde Tokio, de la mano de su entrenador, José Luis Álvarez, “el mago”, se había colgado las ocho medallas internacionales que hay en su palmarés. La de los Juegos se esfumó demasiado pronto.
Primera victoria en 16 años
La esperanza de Llavador duró un poco más. El madrileño, en primer ronda, superó al coreano Taegyu Ha (19º) en un duelo ajustadísimo (15-13) para tener, al menos, el honor de conseguir la primera victoria olímpica de la esgrima nacional en 16 años, desde aquella medalla de ‘Pirri’. Carlos, de hecho, también había sido el primer tirador español en participar en unos Juegos desde Pekín, con Londres 2012 y Río 2016 sin representantes españoles. A París, llegó al límite, cuando ya tenía las vacaciones organizadas. Una vez cerrado el ranking olímpico, se había quedado como el deportista no clasificado con más puntos. Finalmente, consiguió la plaza. Su aventura en tierras francesas, sin embargo, como la de Martín-Portugués, terminó antes de lo deseado.