París, preparada para todo: terrorismo, ataque de drones...
Unos 50.000 oficiales patrullan por la ciudad por los Juegos. Antes, entrenaron con simulaciones. Hablan con AS para describir la situación.
Alrededor de la Torre Eiffel, iluminada con los inconfundibles cinco aros, el trajín es máximo. Se juntan los turistas habituales con los que han acudido a la llamada olímpica. Además, intentando que quede fuera de los ojos de los curiosos, se está produciendo uno de los últimos ensayos de cara a la ceremonia de inauguración, este viernes en el Sena. La sensación es de caos. Varios ojos, sin embargo, lo siguen todo al detalle. Entre ellos, los de Adrien, miembro de la policía nacional francesa, que patrulla junto a dos compañeros. Primero, se muestran reticentes a hablar; luego, se sueltan y hasta posan para este periódico. “Esto no es nada, el viernes...”, dejan caer, avistando el trabajo que les espera por delante.
Actualmente, y será así hasta que terminen los Juegos Paralímpicos (el 8 de septiembre), Francia se encuentra en el nivel máximo de alerta terrorista. “La amenaza es extremadamente fuerte”, llegó a decir a principios de mes el ministro del interior, Gérald Darmanin, tras revelar la detención de varias personas que preparaban atentados en dos puntos distintos de París. Desde 2012, se han desbaratado 81 intentos, según la Dirección General de la Seguridad Interior. Por todo ello, el despliegue es máximo. Un ejército olímpico para los Juegos.
Un despliegue único
“Nunca había visto un despliegue como este”, resume un miembro de la gendarmería francesa, situado a las puertas de una de las sedes más emblemáticas, la Plaza de la Concordia, y procedente de Lille. “Para los Juegos, nos han desplazado aquí. Llevamos 10 días en esta ubicación. De momento, no ha habido ningún incidente”, revela antes de destacar la ayuda prestada por otros países. “Han llegado compañeros desde muchas ciudades vecinas”, añade. Entre los refuerzos, se encuentran más de 300 unidades españolas, entre Policía Nacional y Guardia Civil. “Estos Juegos Olímpicos, como todos, además de lo que es el deporte, un símbolo de fiesta y hermandad, tienen un aspecto clave que es el de la seguridad. Garantizar unos Juegos seguros se ha convertido en una prioridad”, dijo el embajador de España en Francia, Victorio Redondo, durante un acto en el que se presentó al contingente enviado.
En total, estos días, París está patrullada por unos 50.000 oficiales. A las fuerzas del orden locales y a las llegadas desde otros países, también se unen 18.000 soldados de los tres ejércitos franceses (tierra, el más presente, con 15.000 unidades, mar y aire). 10.000 de los mismos, están destinados en la Isla de Francia (conocida popularmente como Región Rarisina), zona en la que se desarrollan la mayoría de las pruebas olímpicas y que, por cierto, es la más rica de Europa, con un PIB de más de un billón de dólares. 4.500, además, se ubican en el campamento ‘caporal Alain Mimoun’, situado en un lugar estratégico, en el césped de Reuilly, en pleno centro de París, “el mayor campamento militar jamás instalado desde la Segunda Guerra Mundial”, según el Ministerio de las Fuerzas Armadas.
Todo ello, se engloba bajo la ‘Opération Sentinelle JOP 2024′, derivada de la operación ‘Sentinelle’ que Francia ya puso en marcha en 2015 debido a la ola de atentados yihadistas producidos aquel año en el país (en Charlie Hebdo, en enero, y en Bataclán, Stade de France y Plaza de la Nación, el 13 de noviembre). “En la historia de la seguridad, no hay, me parece, un hecho similar al que estamos viviendo hoy”, aseguró, la semana pasada, el ministro del interior, cuando presentó “el perímetro de seguridad interior y de lucha contra el terrorismo”, conocido como SILT, ubicado alrededor del Sena y al que sólo pueden acceder personas con acreditación, trabajadores de la zona, visitantes (con el justificante de la reserva turística que hayan hecho) y los vecinos, que necesitan un código QR para acceder.
El laboratorio de pruebas
“Francia aún tiene muy presentes los atentados de 2015. Los primeros de esa noche, además, sucedieron durante un evento deportivo, al lado del Stade de France. Varias pruebas de los Juegos se celebran allí, así que es un lugar simbólico”, analiza Sofía Álvarez, periodista residente en París, cerca del Sena, que durante la ceremonia inaugural tendrá el espacio aéreo cerrado en un radio de 150 kilómetros. “Las fuerzas armadas francesas, además, son las más grandes de Europa. Todo ello hace que la ciudad esté blindada”, añade mientras recalca las dificultades de moverse que están teniendo muchos ciudadanos debido al perímetro de seguridad.
No se ha dejado nada al azar. Desde 2022, de hecho, el ejército francés ha estado realizando ejercicios en los que se simulaban multitud de situaciones peligrosas, contemplando casi cualquier extremo posible. “El objetivo era realizar una especie de juego de guerra”, definió el gobernador militar de París, el general Christophe Abad, después de una prueba que tuvo lugar en noviembre del año pasado, que duró 10 días y se llamó Coubertin, por el nombre del fundador de los Juegos modernos, Pierre de Coubertin. En esos días, los soldados tuvieron que enfrentarse, dentro de un entorno controlado, a una amenaza terrorista, a un accidente aéreo, a una ola de calor de 45 grados, a protestas civiles, a un vagón de tren que volcaba o a una fuga química. París está preparada para todo.
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