McIntosh quiere ser Marchand
La canadiense triunfa en el 200 mariposa, su segundo oro en estos Juegos, mientras que el francés va directo al cuarto, ahora en 200 estilos. Y Ledecky ya es la nadadora con más medallas de siempre.
Salvó La Marsellesa, que no sonó porque no se trataba de una final de su héroe, sino de una semifinal, se repitieron este jueves todas las liturgias de cada noche en La Défense Arena, la casa de Léon Marchand, el héroe de estos Juegos, que parece ir directo hacia su cuarto oro, ahora como líder destacado en los 200 estilos que se resolverán este viernes. Pero el francés esta vez compartió protagonismo con la jovencísima Summer McIntosh, que se hizo con su segundo título olímpico, con una Ariarne Titmus que abanderó también con su segundo oro el triunfo del 4x200 libres para Australia, y con Katie Ledecky, que ya es la nadadora con más medallas de la historia.
No puede conducir. Pero sí coleccionar oros. Tiene 17 años y una categoría olímpica que le fluye por las venas. Su madre, Jill Horsten, compitió en Los Ángeles 1984. Sin haber alcanzado aún la mayoría de edad, de lo que sí es capaz Summer McIntosh es de adjudicarse medallas olímpicas. Debutó en Tokio 2020 sumamente joven, y en París 2024 ya está demostrando no su potencial, sino su realidad. Plata en la ‘carrera del siglo’ de los 400 libres ante Ariarne Titmus y Katie Ledecky, alcanzó velocidad de crucero en los 400 estilos con su primer oro, lo que le concede semejanzas con Marchand. Y este jueves se coronó, se consagró, con su segundo título olímpico, en unos 200 mariposa que hizo saltar por los aires en un impresionante ‘rush’ final.
Porque empezó dominando la china Zhang Yufei, la campeona en Tokio, quien hace unos días explicaba que para ella una plata era un fracaso. Y así fue hasta los 150 metros, cuando comenzó el baile de la canadiense hasta imponerse con una solvencia impropia de su edad y marcar el récord olímpico, 2:03.03. Ni siquiera el récord americano registrado por Regan Smith -quien hizo doblete en la sesión con las semifinales del 200 espalda- la asustó, pues quedó a ocho décimas, plata. Y Yufei se sentirá fracasada, a pesar de que un bronce es un exitazo.
Consigue de este modo McIntosh repetir los oros en 400 estilos y 200 mariposa que ya se había colgado en los Mundiales de Budapest 2022 y Fukuoka 2023. El planeta es suyo. El día que se saque el carnet de conducir, se lo pondrá por montera.
El oro de Douglass y su gemela digital
También la plusmarca del continente americano rebajó Kate Douglass, lo que le valió para proclamarse campeona olímpica de los 200 braza (2:19.24). A la estadounidense, que venía de ser plata en el 4x100 libres y le falta por nadar el 200 estilos, le está saliendo bien su curioso método de entrenamiento.
Utiliza Douglass una “gemela digital”, que en realidad es un sensor que lleva en la palma de la mano mientras nada para reunir 512 datos por segundo sobre su movimiento, lo que luego se emplea para mejorarlo. Y lo entiende perfectamente, porque además tiene un máster en Estadística. Segunda fue Tatjana Smith, a 36 centésimas, y el podio lo completó Tes Schouten, a 1.81 de la campeona.
Marchand va directo a su cuarto título
Y ahí estaba, 24 horas después de una hazaña que permanecerá por siempre en la historia del olimpismo, esos dos oros consecutivos en 200 mariposa y 200 braza, volvía a levantar a los 17.000 espectadores de La Défense Arena el gran héroe de estos Juegos, un Léon Marchand implacable, camino de su cuarto oro, después de marcar ya el mejor tiempo de las semifinales en los 200 estilos, la prueba que le falta, este viernes a las 20:43 horas, para redondear un mágico París 2024.
Con 1:56.31, el de Toulouse superó en seis centésimas a Carson Foster y en 18 a Duncan Scott. Y provocó una sordera momentánea por el griterío que volvió a despertar. Una noche más en la vida de Marchand.
Segundo laurel para Titmus, histórica Ledecky
Igual que McIntosh, logró su segundo oro en estos Juegos este jueves por la noche una Ariarne Titmus que abanderó el autoritario triunfo de Australia en la final del relevo 4x200 libres, líderes de principio a fin con Mollie O’Callaghan, Lani Pallister (reaparecida tras sufrir un COVID exprés) y Brianna Throssell. Se desinflaron las chinas, que tras marchar segundas en las postas de Yang Junxuan y Li Binjie acabaron bajando al bronce. El 7:38.08 oceánico es el nuevo récord olímpico.
Y ahí es donde se produjo un hecho legendario, puesto que la medalla de plata fue para Estados Unidos, con el concurso de Claire Weinstein, Paige Madden, Erin Gemmell… Y Katie Ledecky. La campeona el día anterior del 1.500 libres se convierte así en la nadadora con más medallas olímpicas de la historia, superando definitivamente a su compatriota Jenna Thompson, quien acumulaba ocho oros, tres platas y un bronce. La estelar Ledecky ahora cuenta con ocho oros (que aún pueden ser nueve, falta el 800 libres), cuatro platas y un bronce.
Para completar la velada, curioso el empate en la primera plaza, 21.38, el que se dio en las semifinales de los 50 libres entre Benjamin Proud y Cameron McEvoy. En realidad, algo nada extraordinario teniendo en cuenta lo breve de la distancia, que se puede decidir en una sola centésima. Quinto se metió en la final el vigente campeón, Caeleb Dressel, que nadará acompañado también de dos franceses: Maxime Grousset, sexto, y Laurent Manaudou, octavo.
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