Marchand arrasa en EE.UU. camino de París: “Puede ser el mejor de siempre”

“¡Eso es rapidez!”, exclamaba Bob Bowman cuando las cámaras le cazaron fijándose en la pantalla que constataba el estratosférico tiempo de su pupilo Léon Marchand. Una expresión que pronunció el mítico entrenador tras la final de las 500 yardas libre de la NCAA (National Collegiate Athletic Association), aunque podría haber valido para cualquiera de las pruebas en que el portento francés participó dentro del gran campeonato universitario de los Estados Unidos, disputado este fin de semana en el IU Natatorium de Indianápolis.

Está Marchand, a punto de cumplir 22 años, escribiendo su historia a pasos agigantados. Con los Juegos Olímpicos de París, en los que conforma una de las grandes esperanzas del deporte francés, en el punto de mira, su irrupción ha supuesto el primer título en la historia de la NCAA para su equipo, Arizona State, que en 2008 estuvo a punto de diluirse y que ha crecido desde el fichaje en 2015 de Bowman, mentor del inigualable Michael Phelps, pero sobre todo con el ya quíntuple campeón mundial.

Porque Marchand no gana. Arrasa. En un natación como la estadounidense donde se compite en yardas, no en metros, el galo destrozó el récord de los 500 libre, situándolo en 4:02.31, o lo que es lo mismo, rebajando en casi cuatro segundos la anterior plusmarca. “Esta noche no tenía límites”, confesó tras lograrlo.

También batió el de los 200 braza (1:46.35), con el español Carles Coll tercero (1:49.99), representando éste a Virginia Tech. Igualmente marcó el segundo mejor tiempo de siempre en los 200 libre (1:28.97), convirtiéndose en el primer hombre en bajar de 1:29, y el tercero en 100 libre (40.28). Tras ganar en los 400 estilos, además, proclamó que había sido “la noche de más diversión” en toda su carrera.

“Él es el chico que hace que suceda. Nos dio el ejemplo de cuál es la excelencia real en la elite, subió el nivel de todos y atrajo a todo aquel que ha querido ayudarnos a lograr este campeonato”, reconoce Bowman sobre la incidencia de Marchand en este título de la NCAA logrado por Arizona, algo impensable hace apenas un par de años. “Cuando él llegó, despegamos”.

No en vano, describe su compañero Jack Dolan cómo “ha sido realmente bonito verle crecer en los dos últimos años. Está comenzando a salir de su caparazón y crecer hacia quien es. Y todavía es mejor persona que nadador”, advierte. Y el también relevista de los ‘devils’ de Arizona, Jonny Kulow, remata: “Es el mejor nadador que hay ahora mismo, y probablemente consiga serlo de siempre”.

El propio Marchand devuelve todos los elogios. “Creí verdaderamente en ellos desde el principio, y ahora lo hemos conseguido. Estoy realmente feliz y orgulloso de los entrenadores y de todos mis compañeros”, sentenciaba tras el triunfo grupal el nadador francés, quien ha constatado que en piscina corta ahora mismo es poco menos que imbatible.

Ahora le tocará dar el salto a la distancia olímpica, para preparar una cita en que está llamado a hacer historia en casa, en hasta cuatro posibles pruebas –200 mariposa, 200 braza, 200 y 400 estilos–, dentro de ya menos de cuatro meses. Una cuenta atrás para que el legendario Bowman pueda seguir exclamando aquello de “¡esto es rapidez!”.

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