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PARÍS 2024 | FÚTBOL

Manos sanadoras de Jaén para España

Los hermanos Antonio y Ángel Ruiz son fisioterapeutas de la RFEF. El primero estuvo con la Absoluta en la Eurocopa y el segundo está ahora en los JJ OO.

Ángel y Antonio Ruiz, los hermanos fisioterapeutas de la Selección.

La calurosa localidad de Porcuna (6.000 habitantes), a medio camino entre Jaén y Córdoba, es tierra de olivos, sol y fisioterapeutas. En un pueblo que basa gran parte de su economía en la recolección de la aceituna, nacieron y se criaron los hermanos Ángel y Antonio Ruiz, dos de los profesionales que cuidan a los jugadores de las selecciones absoluta y olímpica de España.

En un esperanzador cruce de caminos, Ángel (40 años) ha regresado a casa tras el gran éxito obtenido por La Roja en la Eurocopa de Alemania y Antonio ha recogido el testigo para viajar a París con el sueño olímpico hirviendo cada día con más intensidad.

De familia humilde, Antonio sintió curiosidad desde niño por la medicina. A diferencia del hermano mayor, Juanma, que se especializó en el mundo del vino como crítico y sommelier, él dejó atrás la comodidad del pueblo para lanzarse a la aventura de lo desconocido en la gran ciudad. Su objetivo inicial de intentar convertirse en médico quedó aparcado al constatar el largo camino que debía recorrer hasta llegar a la meta.

Por aquella época, a finales de los 90, comenzaba a estar en auge la carrera de Fisioterapia. Antonio no lo dudó. Apenas unos meses después de licenciarse, el azar le llevó al Rayo Vallecano, donde fue escalando peldaños hasta llegar al primer equipo. Era la época en la que el malogrado Ruiz-Mateos y su esposa Teresa Rivero estaban al mando de la entidad franjirroja.

En 2001, siguiendo sus pasos, llegó a Madrid Ángel, seis años menor, para intentar emular el éxito de su hermano lejos de su zona de confort. Con los valores familiares de esfuerzo y humildad bien inculcados desde niños, ambos fueron progresando con paso firme. Ángel comenzó a trabajar en la clínica Armstrong mientras Antonio compaginaba su trabajo en Vallecas con el de la clínica Deyre, aprendiendo junto al eminente doctor González.

Con el paso de los años, cada uno montó su propio negocio, con buen resultado en ambos casos. Fue en 2019 cuando el destino y su destreza llevaron a Ángel hasta la RFEF. Su ascensión fue meteórica, con la consecución de un Europeo Sub-19 al poco tiempo de incorporarse a las selecciones de formación. Tres años después ya estaba trabajando con la absoluta, siendo el Mundial de Qatar su debut oficial con La Roja. La Nations League y la Eurocopa dan lustre a un espléndido palmarés.

Desde dentro, Ángel realizó varias tentativas para convencer a Antonio, ya desligado del fútbol, con el fin de que intentase seguir su estela para formar parte de los servicios médicos federativos. Para apaciguar tanta insistencia, Antonio, en plena pandemia, llamó a la puerta de Las Rozas. Tras una breve entrevista y comprobar sus credenciales, la Federación fichó a otro Ruiz.

Desde entonces, decenas de jugadores convocados por Luis De la Fuente y Santi Denia han pasado por las talentosas manos de ambos. Cuando alguno de la Sub-21 tratado por Antonio llega a la absoluta y pasa por la camilla de Ángel no puede evitar decir: “Hablas exactamente igual que un fisio que me ha tratado varias veces” seguido por un contundente “no jodas” al enterarse del parentesco familiar.

Tras el rotundo triunfo en la Eurocopa, Antonio le envió a Ángel un cariñoso mensaje de felicitación en un momento de gran emotividad. Su regreso a España, junto al resto del equipo médico, comandado por el doctor Claudio Vázquez, también jienense, ha coincidido con la marcha de su hermano a los Juegos Olímpicos con el grupo comandado por Santi Denia.

Una vez cumplida la primera parte del ambicioso sueño familiar, el gran anhelo ahora es completar un histórico doblete, con el oro olímpico, antes de juntarse en el pueblo para celebrarlo con las pandillas de “Los Pamplinas” y “Los Lowers” y tomar unas cervezas acompañadas de unas tostas aliñadas con el mítico aceite de oliva virgen extra de una tierra tan prolífica en aceitunas como en manos sanadoras.

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