Macron promete hacerse un Palomares en el Sena antes de los Juegos
Ante la incertidumbre sobre las aguas abiertas por la contaminación del río, el presidente francés emula viejas promesas de un chapuzón que Hidalgo y Chirac anunciaron sin jamás cumplirlo.
“Puedes apostar a que lo haré”, desafiaba Emmanuel Macron a un periodista durante una rueda de prensa improvisada a orillas del Sena, donde deben discurrir los diez kilómetros de aguas abiertas, masculinos y femeninos, en los Juegos Olímpicos de París de este verano. Se refería el presidente de la República francesa a que se compromete a zambullirse y nadar en el emblemático río parisino, envuelto de dudas por si la contaminación que sufre podría echar por tierra unas pruebas novedosas y de un impacto estético único, ya que normalmente se celebran en puertos de mar y en agua salada.
Macron, que tras su promesa añadió al periodista en cuestión que “no daré la fecha, a riesgo de que estéis allí”, evoca con su gesto y salvando las distancias a lo que en 1966 ocurrió en España, concretamente en la almeriense playa de Palomares, cuando una colisión entre aeronaves de Estados Unidos en plena Guerra Fría provocó el desprendimiento de una bomba nuclear, ante lo cual el entonces ministro de Información y Turismo franquista, Manuel Fraga, optó por bañarse junto al embajador estadounidense, Angier Biddle Duke, para persuadir a la población del riesgo de radioactividad.
En el caso de la política francesa, además de Macron, la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, ya se comprometió en su momento a meterse en el Sena, algo que al menos públicamente todavía no ha sucedido. Pero es que viene de lejos, ya que hace tres décadas el entonces presidente de la República, Jacques Chirac, anunció que se zambulliría en el río “en presencia de testigos”. Jamás lo hizo. No en vano, la prohibición de bañarse allí para la ciudadanía ha durado un siglo.
De Valdés y Martínez, pendientes del E. coli
El nerviosismo que rodea a la administración francesa es evidente a poco más de cinco meses para la disputa de esos diez kilómetros, el considerado maratón acuático, los días 8 y 9 de agosto. El país ya ha invertido 1.400 millones de euros en descontaminar el río, y sin embargo el pasado verano, también a inicios de agosto, tuvo que suspender a ultimísima hora la disputa de la Copa del Mundo de aguas abiertas en el mismo Sena porque unas lluvias habían provocado la aparición de altos niveles de la bacteria E. coli, nociva para la salud.
Desde el punto de vista de los nadadores españoles, serán como mínimo dos quienes nadarán en los Juegos, en una delegación indudablemente encabezada por la reciente subcampeona mundial María de Valdés, y secundada por Ángela Martínez en categoría femenina. En cuanto a los hombres, es probable que participe Carlos Garach, a través de sus marcas en las pruebas de fondo en piscina.