Los Hispanos, a una carta

Los Hispanos cierran este domingo (21:00 horas) el torneo de balonmano en París. Cuando acabe el España-Croacia en la sala 6 del South París Arena, el torneo cogerá los bártulos y se trasladará al Pierre Mauroy de Lille, donde hasta ahora se ha desarrollado el baloncesto. La Selección ya sabe que para llegar a los cuartos de final está prohibido perder contra Croacia, que tiene los mismos puntos que España. A esta situación límite se ha llegado después de la cruel derrota contra Alemania. Los Hispanos no fueron capaces de sostener la ventaja en los últimos minutos y se condenaron a un último partido que, en realidad, son unos octavos de final.

Croacia sobrevive gracias a una victoria agónica contra la Japón de Ortega en la primera jornada; y un sorprendente triunfo ante Alemania. Perdió con estrépito ante Suecia y también contra Eslovenia. No es la Croacia tremenda de los dos oros olímpicos (1996, 2004), en el segundo de los cuales ya estaba Ivano Balic, su gran referente tantos años. Sin embargo, no deja de ser un equipo peligroso, con nombres ilustres como Luka Cindric.

Aunque no es un equipo tan veterano como en Tokio, es una noche para que aparezcan las vacas sagradas de la Selección, empezando por los porteros, Gonzalo Pérez de Vargas y Rodrigo Corrales. La casta de Maqueda, el talento de Alex Dujshebaev, los goles al contragolpe de Aleix Gómez. La velocidad en los extremos de Kauldi Odriozola y Dani Fernández. Y, sobre todo, para que el equipo muerda atrás y le haga el partido duro e insoportable a Croacia.

Los Hispanos todavía pueden acabar segundos, terceros o cuartos de grupo en función de los resultados. El salvoconducto que le metería más arriba en la clasificación no es tan complicado. Contando con que Suecia ganará a Japón, una derrota de Eslovenia ante Alemania, combinada con el triunfo español ante los croatas le dejaría segundo. Pero las probabilidades son múltiples. España, a estas horas, sólo puede centrarse en ganar. Luego, ya pensará en Lille.