Las gemelas que debutaron en unos Juegos a los seis años
En el colegio, las Barrios jugaban unas “Olimpiadas”. “Laura quería ser olímpica incluso antes de practicar hockey”, afirma Sara. “Mi sueño era ir a unos Juegos con mi hermana”, le contesta.
Tenía 20 años Laura cuando disputó los Juegos de Tokio 2020, pocos meses después de su estreno con las RedSticks (“todo fue muy rápido y atípico”). Su hermana gemela, Sara, no debutaría con la Absoluta hasta 2022, para el Mundial de Terrassa. Y juntas participarán en París 2024, a donde llegaron este miércoles. Pero lo suyo estaba predestinado, porque de alguna manera llevan compitiendo en estos Juegos desde que tenían seis años. En el distrito madrileño de Moncloa-Aravaca, premonitoriamente muy cerca de un Club de Campo Villa de Madrid en el que acabarían jugando.
“En nuestro cole (Santa María de los Rosales), como muchos antiguos alumnos practicaban hockey, se añadió como una extraescolar distinta a lo habitual. También hicimos vóley, natación y tenis, pero la complejidad técnica y física del stick nos motivó a seguir, era como un reto”, cuenta Laura. “Aunque éramos pequeñitas, nos llamaba ya superar nuestro límite; siempre hemos sido muy ambiciosas y competitivas”, tercia Sara, quien abunda: “Allí jugábamos una competición a la que llamábamos las Olimpiadas, desde los seis años. Pero es que la vocación es incluso anterior. Mi madre cuenta que Laura desde pequeña quería ser olímpica y no sabía ni de qué, porque todavía ni jugábamos a hockey. Y ahora vemos que estamos en unos Juegos de verdad, no los del cole”, rubrica.
“Mi sueño realmente era estar en unos Juegos con mi hermana”, concreta Laura, quien sentencia: “Esta vez estoy viviendo más intensamente el proceso. Acumulo un grado de experiencia que es un punto a mi favor. Y con mi hermana al lado, tengo más ganas de ir a estos Juegos que a los de Tokio”. “Allí, desde que llegué a la villa olímpica, vi claro que tenía que estar con mi hermana, le decía que no se lo podía explicar, que tenía que estar. Y así será”, celebra. “Al final lo hemos conseguido, y ni tan mal”, apunta Sara.
La debutante olímpica a sus 23 años es, sin embargo, toda una Licenciada en Medicina. “Se puede decir que ha sido un buen año”, bromea. “¿Si se puede compaginar? Por supuesto. Teniendo ilusión por lo que haces. Haces sacrificios, está claro, pero es que me han apasionado la carrera, las prácticas, y he tenido compañeros que me han ayudado mucho. Si algo te gusta, el tiempo cunde mucho más”, asegura Sara, que se está planteando especializarse en “alguna cirugía. Aunque ya me lo plantearé después de los Juegos, porque ahora estoy totalmente mentalizada en el foco olímpico”.
A su par en estudios superiores se encuentra Laura, Ingeniera Biomédica y quien la temporada 2022-23 se mudó a Países Bajos, para jugar en el Kampong e iniciar un Máster en Biofabricación en 3D. “Sigo haciéndolo, lo terminaré el año que viene. Quería tener esa experiencia en el extranjero, tanto deportiva como académicamente”, señala.
“Se nos hizo un poco raro estar separadas”, comenta Sara, que echaba de menos “chorradas” como ir a entrenarse juntas en coche, “comentando un partido o con la música a tope cantando”. “Pero estuvimos bastante unidas gracias a la Selección. El día de nuestro cumpleaños, que siempre hemos celebrado juntas, fuimos toda la familia a Utrecht. La distancia no nos separa, ambas nos tenemos que desarrollar como personas y esa experiencia nos fue bien”. Tan bien que, de nuevo reunidas, comparten lo máximo que se puede vivir como deportista: unos Juegos Olímpicos.
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