La misión imposible de Mireia
La mejor nadadora española de todos los tiempos afronta en Mallorca su última oportunidad para ir a los Juegos, a una distancia abismal de las mínimas olímpicas y con la rendija del relevo.
En la carrera de Mireia Belmonte, la mejor nadadora española de todos los tiempos en virtud de sus logros –campeona olímpica, mundial y europea–, no existe la palabra imposible. Basta con retraerse a los Juegos de Tokio 2020, cuando sólo cuatro meses después de haber detenido su preparación por unas molestias en un hombro acabó contra todo pronóstico cuarta en la final de los 400 metros estilos, a tan sólo 23 centésimas del bronce. Pero los Trials que este martes comienzan en la piscina Son Hugo de Palma de Mallorca son una vuelta de tuerca, más que una hazaña casi un milagro, que sin embargo abordará hasta el final. Y eso ya la honra.
Tiene ante sí Mireia, que no pudo participar en los Mundiales de Fukuoka 2023 por lesión y que no llegó a tiempo para los de Doha 2024, la última oportunidad de clasificarse para los Juegos Olímpicos de París. Los que serían los quintos de una trayectoria tan impecable como longeva. Pero esta vez no han sido molestias. Ha sido un dolor incapacitante. Durante casi 14 meses, entre octubre de 2022 y finales de noviembre de 2023, no pudo competir. Porque su hombro derecho le impedía no ya entrenarse, y por eso estuvo un año entero haciendo únicamente pies, sin ejercitar los brazos, sino que la impedía incluso desarrollar rutinas diarias como peinarse o conducir.
A las órdenes de Ben Titley, entrenador jefe de la Real Federación Española de Natación (RFEN), una vez se desvinculó de Fred Vergnoux tras los Juegos de Tokio, la badalonesa se ha ido reintroduciendo en la competición desde que se zambuyó en el Rotterdam Qualification Meet antes de finalizar el año pasado, y transitando por el Open de Invierno que se disputó en Sabadell, los Championnats de Nimes el Acropolis Swim Open de Atenas o más recientemente el Trofeu Internacional Ciutat de Barcelona – Mare Nostrum. Pero la progresión de sus resultados no ha sido constante, y en sus mejores marcas se encuentra a falta de estos Trials en Palma.
De las tres pruebas en que Mireia figura como inscrita, en la que más cerca está de la mínima que World Aquatics requiere para la clasificación olímpica son los 200 estilos, en los que su mejor registro de la temporada lo obtuvo el 2 de diciembre en Róterdam: 2:19.47. Y, aun así, se encuentra a siete segundos exactos del tiempo requerido (2:11.47). Si esa distancia parece insalvable, más aún las del 200 libre –2:08.82 marcó en Atenas, por el 1:57.26 que necesitaría– y los 400 estilos, cuyos 4:52.68 del pasado 30 de mayo en Barcelona se hayan a más de 14 segundos de la mínima: 4:38.53. Con esta última prueba debutará, en la sesión matinal del miércoles.
La rendija de los relevos
Otra vía para acceder a los Juegos en circunstancias normales serían las mínimas B, que al margen de estar demasiado cerca de las A, ya advirtió World Aquatics a las federaciones a inicios de mayo que muy probablemente el cupo de nadadores clasificados para los Juegos se cubriría ya con las primeras. Tampoco se podría acoger Mireia a la universalidad, ya que a priori las reglas en este apartado pasan por deportistas menores de 30 años y que hayan participado en un máximo de dos citas olímpicas.
La única rendija por la que la nadadora española más laureada de todos los tiempos pudiera estar en París pasaría por formar parte del relevo 4x200 libre femenino, que se clasificó a través de sus tiempos en los Mundiales de Fukuoka 2023 pero que de momento no tiene integrantes: al menos dos nadadoras deberían obtener en estos Trials la mínima olímpica para que España los dispute.
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