La luchadora invencible cae en primera ronda
La japonesa Yui Susaki, que en Tokio se colgó el oro sin conceder ningún punto y tiene cuatro Mundiales, no puede pasar de su debut en París.
Una de las mayores sorpresas de los Juegos. Este martes, la luchadora japonesa Yui Susaki (50 kg), vigente campeona olímpica y con cuatro Mundiales en su palmarés, no pudo pasar de primera ronda en París. La nipona, que a sus 25 años no había perdido ningún combate internacional hasta el momento (desde 2015, no había perdido ninguno en general), cedió contra la india Vinesh Phogat (2-3) en medio de un asombro generalizado en el Champ de Mars Arena, siendo algo inverosímil hasta para la propia ganadora, que celebró extasiada. La “luchadora intocable”, “la máquina de las medallas de oro”, como le habían bautizado los medios de su país, se despedía a las primeras de cambio.
Cuanto más se escarba en los datos, más increíble parce la hazaña. Susaki, entrenada por la leyenda de la lucha libre Shoko Yoshimura, ganó en Tokio sin conceder ningún punto. Siendo una estrella desde pequeña, se había proclamado campeona del mundo en todas las categorías de edad (sub-15, sub-17, sub-20, sub-23 y absoluta), siendo la única de la historia en lograrlo. “Luego Los Ángeles 2028, luego Brisbane (2032). Mi objetivo es ganar los Juegos Olímpicos cuatro veces seguidas”, decía la nipona antes de estrenarse en París, con muchos argumentos para poder afirmarlo y perseguirlo. Tras una preparación muy especial, sin embargo, todo se truncó a las primeras de cambio.
Susaki, que estudia Ciencias del Deporte en la Universidad de Waseda (Tokio) y que venía de ser abanderada en los Juegos de su país, realizó su concentración para París en Daguestán, la república rusa que tiene 12 luchadores en la UFC (Khabib Nurmagomedov o Islam Makhachev entre ellos). Allí, tras un ciclo en el que estuvo estudiando “las técnicas de los luchadores europeos masculinos”, entrenó con su ídolo, Zaurbek Sidakov, campeón olímpico en 74 kilos y, actualmente, en plena transición hacia las artes marciales mixtas. “Es la más fuerte en su categoría de peso. No creo que nadie la pueda vencer en el futuro cercano”, decía el propio Sidakov tras la preparación. Lo imposible, sin embargo, terminó ocurriendo en París.