PARÍS 2024 | GIMNASIA ARTÍSTICA
La GOAT que desea ser humana
Simone Biles es una de las estrellas de París donde quiere recuperar el trono olímpico de la gimnasia. Presenta la sexta figura acrobática con su nombre.
Las mejores esencias están en los tarros más pequeños, reza un refrán español. Simone Arianne Biles (27 años) es la gimnasta más grande de todos los tiempos con sus 142 centímetros de estatura y a París 2024 llega dispuesta a recuperar el trono que la salud mental le arrebató en Tokio 2020. “Me siento todavía más gimnasta que antes”, afirma la genial deportista. La norteamericana, que cuenta en su palmarés con 37 medallas entre Juegos Olímpicos (cuatro oros, una plata y dos bronces) y Mundiales (23 oros, cuatro platas y tres bronces), posee una relación potencia-peso que le otorga un menor momento de inercia, dato clave y básico en este deporte, ya que permite realizar balanceos y rotaciones a mayor velocidad y con más facilidad.
Precisamente ese poder casi mágico que ostenta el prodigio de Ohio ha sido uno de sus grandes problemas. Su sonrisa perenne se torció, ha llorado mucho. Los ‘twisties’ (bloqueo mental en el que se pierde la orientación en el aire) le hicieron retirarse de cinco de las seis finales en la capital japonesa hace tres años. Tres años antes revelaba que había sufrido abusos, al igual que otras cien gimnastas estadounidenses, por parte de Larry Nassar, medico del equipo de EE UU, ahora en prisión, condenado a cadena perpetua. Casi siete años de situaciones límite hicieron que su cabeza cortocircuitara. “Realmente siento que a veces tengo el peso del mundo sobre mis hombros”, escribía en ‘Instagram’ pocos días antes.
Hoy en las clasificatorias en el Bercy Arena de París, Biles regresa con fuerza e intención de sumar seis medallas y mejorar los cuatro oros de Río 2016, cifra y guion que repitió en el Mundial de Amberes 2023 demostrando que está a su máximo nivel. Y para muestra, dos ejemplos. En el entrenamiento del jueves clavó un doble Yurchenko, o Biles II, en salto; la quinta figura acrobática que lleva su nombre... y que serán seis, ya que en París estrenará un movimiento en las barras asimétricas por lo que tendrá al menos uno por aparato: dos en salto, dos en suelo, uno en barra de equilibrio y el mencionado en asimétricas.
A cada paso que da, Biles está bajo un escrupuloso escrutinio, enfrentándose a críticas y juicios de valor constantemente. La presión le llevó a un momento límite. Por eso, la terapia se ha convertido en una rutina en su vida. Al mismo nivel que los entrenamientos físicos y técnicos. Su valor como persona trasciende a los logros deportivos por su valentía para demostrar que esa persona como el resto en una sociedad que los ve como si fueran robots. “La gente te pone en un pedestal, y yo solo quiero ser humana”, dice Simone que para los Juegos de París ha limitado su interacción con los medios y las redes sociales, desactivando comentarios en Instagram (donde tiene 7,4 millones de seguidores) y restringiendo X (1,6 millones). “Agradezco que la prensa se interese por Simone, pero hay que dejarle hacer lo suyo y disfrutar del espectáculo sin presionarla. No hace falta”, afirma Cecile Landi (antes Canqueteau), su entrenadora junto a su marido Laurent Landi.
Casada con el jugador de la NFL Jonathan Owens, Biles es la máxima favorita en París 2024 para ganar el concurso completo y sumar metal también por equipos, además de en al menos tres aparatos. Desde las 11:40 horas (subdivisión 2) deslumbrará al mundo en las cuatro rotaciones de aparatos, que servirán para clasificar para las finales individuales y por equipos. Con sus dotes artísticas, su personalidad y un talento único en el deporte más plástico y expresivo. A partir del martes 30 será el momento de sumar más medallas a su botín de GOAT. La sonrisa de Simone Biles vuelve a ser natural. Y el mundo debe disfrutarlo.