Hugo repite sexto en 200 espalda: “No puedo estar contento”
El campeón del mundo de la distancia fue de más a menos, segundo marchaba a falta del último largo, pero le faltó gasolina. De haber repetido su tiempo de hace 40 días en Mallorca, sería plata.
Una auténtica pena. Porque lo tenía entre sus manos. Pero se le escurrió como el propio agua, incapaz de agarrarlo con los dedos. En la final de los 200 metros espalda, la prueba con la que se presentaba como vigente campeón del mundo, Hugo González ilusionó a todo un país, y contuvo la respiración de muchos otros, con su nado capaz de hacerse con la que hubiera sido la novena medalla olímpica en la historia de España. La acarició. Era virtual. Y, de hecho, de haber tan solo igualado sus mejores tiempos, habría subido al podio con una plata. Pero no pudo ser. Hugo, igual que dos días antes en los 100 espalda, acabó sexto en los Juegos Olímpicos de París.
Estuvo a punto de valer la pena la drástica decisión que tuvo que tomar por la mañana, al prescindir de su participación en los 200 estilos para centrarse, focalizarse, en esta final que era un ‘all in’, un todo o nada hasta dentro de cuatro años, en el mejor de los casos. Hugo, que en las semifinales se había quedado a casi tres segundos de su récord de España del pasado 20 de junio en los Trials (1:54.51), que en las semifinales se quedó a dos para entrar con el octavo de los tiempos a la final –”se puede ganar desde una calle lateral”, decía el miércoles a última hora de la noche-, comenzó la final con un ritmo que sorprendía.
Habituado a ir de menos a más, de pausarse y dosificar en el primer largo para acabar progresando y atacar en los últimos 50 metros, esta vez le salió al revés, aunque no un cambio de estrategia voluntario. Y desde ese octavo carril de La Défense Arena pasó tercero por el primer viraje, segundo a los 100 metros, se mantenía tercero y constante cuando tan solo quedaba una piscina por nadar. Pero acaso se había desgastado demasiado y, para cuando los demás apretaron, él no pudo imprimir esa velocidad letal que le había llevado a la cima del planeta el pasado febrero en Doha. “No puedo estar contento con mi tiempo”, se sinceraba en zona mixta.
Su tiempo de 1:55.47 está definitivamente lejos del que le sirvió para arrebatarle a Aschwin Wildeboer la plusmarca que ostentaba desde 2009, y también del que le sirvió para colgarse el oro mundial. De haber emulado el 1:54.51 de hace tan solo un mes y diez días en la piscina Son Hugo de Palma, ahora sería el subcampeón olímpico, puesto que en París si bien Hubert Kos, que repite el oro de Tokio 2020, si marcó 1:54.26, la plata fue para Apostolos Christou con 1:54.82 y bronce, Roman Mityukov tres centésimas más lento. Una auténtica pena.
En cualquier caso, y pese a haber nadado ya el 100 y el 200 espalda, y a haber cancelado su concurso en el 200 estilos, la participación de Hugo en París 2024 todavía no ha concluido. Este sábado se zambullirá en el relevo 4x200 estilos.
Tampoco fue la noche de los 200 espalda en categoría femenina, donde África Zamorano y Carmen Weiler se habían clasificado por la mañana para las semifinales. La catalana, decimotercera en Tokio 2020, bajó un peldaño hasta la decimocuarta plaza con 2:10.63, lejos de las mejores y numerosas marcas que había logrado esta temporada. Y la debutante Weiler acabó precisamente en la decimotercera posición, con 2:09.99, también muy alejada del récord de España que ella misma batió en Palma, en los Trials (2:08.89), igual que Hugo.
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